Y como todos los días le preguntaban lo mismo y él no les hacía caso, fueron a contarle a Amam que Mardoqueo no obedecía la orden del rey. Mardoqueo ya les había dicho que era judío.
[4] Varias veces le hicieron la misma pregunta, pero él no les hacía caso. Después de unos días, los sirvientes se lo contaron a Amán. Querían ver si Mardoqueo se atrevería a decirle lo que ya les había dicho a ellos; es decir, que no obedecía esa orden porque era judío.