Pero quedó un pequeño número en Judá, con reyes de la dinastía de David. Algunos de ellos llevaron una vida recta, pero otros cometieron enormes delitos.
Sólo unos cuantos quedaron en Judea, entre los que se encontraba un jefe de la familia de David. Algunos de ellos fueron obedientes a Dios, pero otros cometieron muchos pecados.