Josué, hijo de Nun, fue un valiente guerrero que ayudó a Moisés en su oficio de profeta. Estaba puesto para ser en su tiempo, como su nombre lo dice, una gran salvación para los elegidos de Dios, para castigar a los enemigos y dar a Israel la tierra que era su herencia.
Josué era un valiente soldado, que se hizo cargo del pueblo después de la muerte de Moisés. Su nombre significa «Dios salva», y le hizo honor a su nombre, pues salvó a Israel de sus enemigos y lo llevó a la tierra prometida.