No confíes en que vivan mucho tiempo, ni creas que terminarán bien. Vale más hijo dócil que mil que no lo son; vale más morir sin hijos que tener hijos insolentes.
No esperes que vivan mucho tiempo, ni creas que tendrán un buen fin; más vale un hijo obediente que mil hijos malvados; más vale morir sin hijos que tener hijos groseros.