Al ver Filipo que poco a poco Judas Macabeo iba haciendo grandes progresos, y que sus éxitos eran más y más frecuentes, escribió a Tolomeo, jefe militar de Celesiria y Fenicia, para que viniera en ayuda de los intereses del rey.
Filipo, el oficial que el rey Antíoco había dejado en Jerusalén, vio que el poder de Judas Macabeo crecía, y que cada vez eran más sus victorias militares. Por eso le escribió a Tolomeo, general de los ejércitos de Celesiria y Fenicia, para que se pusiera a su servicio y lo ayudara.