Él, mirando al rey, dijo: «Aunque eres mortal, tienes poder sobre los hombres y haces lo que quieres. Pero no pienses que Dios ha abandonado a nuestro pueblo.
Y él, mirando fijamente al rey, le dijo: «Aunque tienes el poder para hacer con la gente lo que quieres, no te olvides que eres un simple mortal. No creas que Dios nos ha abandonado.