y dejo a los jóvenes un noble ejemplo, mostrándome dispuesto a morir valientemente por nuestras venerables y santas leyes.» Dicho esto, se encaminó directamente al lugar del suplicio.
Así les dejaré a los jóvenes un ejemplo digno de imitar. ¡Muero valientemente por nuestras santas y valiosas leyes!» Apenas terminó de hablar, Eleazar caminó hacia el lugar donde lo iban a matar.