«Si Su Majestad tiene algún enemigo o uno que conspire contra su gobierno, envíelo allá, y si logra sobrevivir, volverá a Su Majestad despedazado por los azotes, pues ciertamente en ese lugar hay un poder divino.
«Su Majestad debe mandar a alguien que esté en contra de usted, porque si acaso regresa vivo, vendrá muy mal herido. Le aseguro que ese lugar está rodeado por el gran poder de Dios.