Jeremías, al saber esto, los reprendió diciéndoles: “Ese lugar debe quedar desconocido hasta que Dios tenga compasión de su pueblo y vuelva a reunirlo.
Cuando Jeremías se enteró de lo que hicieron, les llamó la atención y les dijo: “Nadie debe saber dónde está ese lugar, hasta que Dios nos perdone y nos reúna otra vez.