Reconfortados con las elocuentes palabras de Judas, palabras capaces de inspirar valor y de convertir en hombres fuertes a los jóvenes, los judíos resolvieron no quedarse en el campamento, sino lanzarse valientemente a la ofensiva y, con todo el valor posible, luchar cuerpo a cuerpo y resolver su situación, puesto que Jerusalén y la religión y el templo estaban en peligro.
Este mensaje maravilloso de Judas animó a los más jóvenes, y fue tanto el valor que sintieron los judíos, que decidieron salir del campamento y pelear valientemente contra sus enemigos. Querían terminar pronto con esta situación, pues la ciudad de Jerusalén, su religión y el templo estaban en peligro.