Pero Dios, Rey de reyes, hizo que Antíoco se enojara contra ese criminal. Lisias demostró al rey que Menelao era el causante de todos los males; entonces el rey mandó que lo llevaran a la ciudad de Berea y que le dieran muerte en la forma que allí se acostumbra.
Sin embargo, Lisias convenció al rey de que Menelao tenía la culpa de todos los males. Entonces, Dios, que es el rey del universo, hizo que Antíoco se enfureciera contra el malvado Lisias. El rey Antíoco ordenó entonces que llevaran a Menelao a la ciudad de Berea, y que allí lo ejecutaran según la costumbre de ese lugar.