Los judíos podrán comer sus alimentos especiales y seguir sus leyes como antes. Ninguno de ellos será molestado en manera alguna por las faltas cometidas anteriormente.
A ningún judío se le castigará por sus faltas anteriores. De ahora en adelante, todo judío podrá vivir según su propia ley y comer los alimentos permitidos por ella, como lo hacían antes.