Pero al amanecer del quinto día, veinte jóvenes del ejército de Macabeo, enardecidos por aquellas injurias contra Dios, se lanzaron varonilmente contra las murallas y mataron con furia salvaje a cuantos encontraron.
Al amanecer del quinto día, veinte jóvenes soldados del ejército de Judas, llenos de enojo por esos insultos, decidieron escalar la muralla. Era tanta su furia que mataron a cuantos les salían al paso.