Organizaron un ejército, y descargaron su ira atacando a los paganos impíos y a los judíos renegados. Los que pudieron escapar de estos ataques se fueron a otras naciones para estar a salvo.
Así formaron un ejército y empezaron a atacar a sus enemigos y a los israelitas que habían dejado de adorar a Dios. Pero muchos de esos israelitas traidores lograron escapar, y se fueron a vivir a otros países.