Los embajadores fueron a Roma, entraron en el senado y dijeron: «El sumo sacerdote Jonatán, y la nación de los judíos, nos han enviado a renovar el tratado de amistad y el pacto que habíamos hecho anteriormente.»
Cuando los mensajeros israelitas llegaron a Roma, fueron a la gran asamblea y, después de solicitar audiencia, dijeron: «Jonatán, el jefe de nuestros sacerdotes, y la nación de los israelitas, nos han enviado a renovar el tratado de amistad que nos ha unido desde hace algún tiempo».