Todos los judíos renegados se reunieron para ver qué podrían hacer, y dijeron: «Jonatán y sus seguidores viven tranquilos y confiados. Traigamos a Báquides para que los arreste a todos en una sola noche.»
Pero había algunos judíos que no cumplían los mandamientos de la ley, y tampoco podían aceptar que Jonatán y sus seguidores vivieran en paz y seguros. Estos judíos se reunieron para decidir qué hacer contra ellos. De común acuerdo, decidieron pedirle al gobernador Báquides que, en una sola noche, tomara prisioneros a Jonatán y a sus compañeros.