Después de esto, Nicanor se fue al monte Sión. Algunos sacerdotes y ancianos del pueblo salieron del templo, fueron a saludarlo amistosamente y le mostraron el holocausto que se ofrecía por el rey.
Después de esto, Nicanor fue a Jerusalén. Al llegar, algunos de los sacerdotes y jefes del pueblo salieron a recibirlo amistosamente. Incluso le mostraron la ofrenda quemada que estaban presentando a favor del rey.