Enseguida corrió hacia el elefante. Pasó por en medio del ejército enemigo, matando a los soldados que encontraba a su paso. Cuando llegó, se puso debajo del elefante, le clavó la espada y lo mató. Pero al caer el elefante, aplastó a Eleazar, y lo mató. De esta manera, Eleazar se hizo famoso para siempre, entregando su vida para salvar a su gente.