En el aniversario del día en que los paganos habían profanado el altar, en ese mismo día, lo consagraron con cantos y música de cítaras, arpas y platillos.
En esa fecha se recordaba el día en que los enemigos habían presentado ofrendas a sus dioses sobre el altar del templo. Por eso celebraron con gran alegría la consagración del nuevo altar. Entonaron cantos acompañados de instrumentos de cuerdas y platillos.