Yo ahora ya soy viejo, pero por la misericordia divina ustedes están en el vigor de su edad. Tomen mi lugar y el de mi hermano, y salgan a luchar por nuestra patria. ¡Que Dios los ayude!»
Yo estoy viejo, pero ustedes, gracias a Dios, son jóvenes y tienen mucha fuerza. Por eso, salgan a luchar por nuestra patria, y tomen el lugar de mi hermano y el mío. ¡Que Dios los acompañe!»