Hizo que muchos cautivos regresaran a su patria; se adueñó de Guézer, de Bet-sur y de la ciudadela de Jerusalén, y sacó de allí todos los objetos impuros. No hubo nadie que le opusiera resistencia.
A los que estaban presos en otros países, los hizo regresar a su patria. Se apoderó de Guézer, de Bet-sur y del cuartel de Jerusalén. Sacó de ella todos los objetos prohibidos por la ley de Dios, y no hubo quien se lo impidiera.