Simón decretó que cada año se celebrara con alegría aquella fecha. Fortificó la colina del templo, del lado de la ciudadela, y él y su gente establecieron allí su residencia.
Simón ordenó que cada año se festejara esa fecha tan importante. Luego construyó una muralla alrededor del templo de Jerusalén y al lado del cuartel. Simón y los suyos se fueron a vivir al cuartel.