Apenas se puso el sol, Jonatán ordenó a su gente que se mantuvieran vigilantes toda la noche y con las armas en la mano, listos para luchar. Alrededor de todo el campamento colocó centinelas.
En cuanto oscureció, Jonatán ordenó a sus soldados que no se acostaran, sino que se mantuvieran listos para la batalla. Además, puso vigilantes alrededor de todo el campamento.