Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Súplica por la restauración
Al músico principal. Sobre Lirios. Testimonio. Salmo de Asaf.
80 Pastor de Israel, ¡escucha!
Tú, que guías a José como a una oveja,
y que estás entre los querubines,(A) ¡manifiéstate!
2 En presencia de Efraín, de Benjamín y de Manasés,
¡manifiesta tu poder y ven a salvarnos!
3 ¡Restáuranos, Dios nuestro!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!
4 Señor, Dios de los ejércitos,
¿hasta cuándo te mostrarás indignado
contra la oración de tu pueblo?
5 Nos has dado a comer lágrimas en vez de pan;
nos has hecho beber lágrimas en abundancia.
6 Nos has puesto en ridículo ante nuestros vecinos;
nuestros enemigos se burlan de nosotros.
7 ¡Restáuranos, Dios de los ejércitos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!
17 Pero posa tu mano sobre tu hombre elegido,
sobre el hombre al que has dado tu poder.
18 Así no nos apartaremos de ti.
Tú nos darás vida, y nosotros invocaremos tu nombre.
19 Señor, Dios de los ejércitos, ¡restáuranos!
¡Haz resplandecer tu rostro, y seremos salvados!
Pacto de Dios con David(A)
7 Tiempo después, cuando ya el rey David habitaba en su palacio y el Señor le había hecho descansar de los enemigos que lo rodeaban, 2 llamó al profeta Natán y le dijo:
«¡Mírame aquí, habitando en un palacio de cedro, mientras el arca de Dios se halla entre simples cortinas!»
3 Y Natán le respondió:
«Pues haz ya todo lo que te has propuesto, que el Señor está contigo.»
4 Pero esa misma noche la palabra del Señor vino a Natán, y le dijo:
5 «Ve y dile de mi parte a mi siervo David: “¿Tú me vas a construir una casa, para que yo la habite? 6 Desde que saqué de Egipto al pueblo de Israel, y hasta la fecha, no he vivido en ninguna casa. Más bien, he estado en tiendas de campaña y en tabernáculos. 7 En todo el tiempo en que he andado con el pueblo de Israel, hay tribus a las que les he pedido encargarse de apacentar a mi pueblo. ¿Pero acaso le he pedido a alguna de ellas que me construya un palacio de cedro?”
8 »Dile también de mi parte: “Yo, el Señor de los ejércitos, te saqué del redil, y te quite de andar tras las ovejas, para ponerte a gobernar a mi pueblo Israel. 9 Yo he estado contigo por dondequiera que has andado; he destruido a los enemigos que has enfrentado, y te he rodeado de gran fama; ¡te he hecho famoso entre los famosos! 10 Además, ya he preparado para mi pueblo Israel un lugar donde se establezca, para que viva en paz y nadie lo mueva de allí, ni los malvados lo aflijan como antes lo hicieron, 11 cuando puse caudillos al frente de mi pueblo Israel. Yo te prometo que te haré descansar de tus enemigos, y te aseguro que tendrás muchos descendientes. 12 Cuando te llegue el momento de ir a descansar con tus padres, yo elegiré a uno de tus propios hijos y afirmaré su reinado. 13 Será él quien me edifique un templo, y afirmaré su trono para siempre. 14 Yo seré un padre para él, y él me será un hijo.(B) Si se porta mal, lo corregiré como corrige todo padre a sus hijos, 15 pero jamás le negaré mi misericordia, como se la negué a Saúl, a quien quité de tu presencia. 16 Tus descendientes vivirán seguros, y afirmaré tu trono, el cual permanecerá para siempre.”»
17 Y Natán le comunicó a David todas y cada una de estas palabras y de esta visión.
23 Pero antes de que viniera la fe, estábamos confinados bajo la ley, encerrados para aquella fe que iba a ser revelada. 24 De manera que la ley ha sido nuestro tutor, para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. 25 Pero al venir la fe, no estamos ya al cuidado de un tutor, 26 pues todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús. 27 Porque todos ustedes, los que han sido bautizados en Cristo, están revestidos de Cristo. 28 Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer, sino que todos ustedes son uno en Cristo Jesús. 29 Y si ustedes son de Cristo, ciertamente son linaje de Abrahán y, según la promesa, herederos.(A)
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