Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cántico de los peregrinos. De David.
122 Yo me alegré con los que me dijeron:
«Vamos a la casa del Señor».
2 ¡Jerusalén, ya nuestros pies
se han plantado ante tus portones!
3 ¡Jerusalén, ciudad edificada
para que en ella todos se congreguen![a]
4 A ella suben las tribus,
las tribus del Señor,
para alabar su nombre
conforme al mandato que recibió Israel.
5 Allí están los tribunales de justicia,
los tribunales de la casa de David.
6 Pidan por la paz de Jerusalén:
«Que vivan en paz los que te aman.
7 Que haya paz dentro de tus murallas,
seguridad en tus fortalezas».
8 En favor de mis hermanos y amigos, diré:
«¡Que la paz sea contigo!».
9 Por la casa del Señor nuestro Dios
procuraré tu bienestar.
La maldad humana
6 Cuando los seres humanos comenzaron a multiplicarse sobre la tierra y tuvieron hijas, 2 los hijos de Dios vieron que las hijas de los seres humanos eran hermosas. Entonces tomaron como mujeres a todas las que desearon. 3 Pero el Señor dijo: «Mi espíritu no permanecerá en el ser humano[a] para siempre porque no es más que un mortal; por eso vivirá solamente ciento veinte años».
4 Al unirse los hijos de Dios con las hijas de los seres humanos y tener hijos con ellas, nacieron gigantes,[b] que fueron los poderosos guerreros de antaño. A partir de entonces hubo gigantes en la tierra.
5 Al ver el Señor que la maldad del ser humano en la tierra era muy grande y que toda inclinación de su corazón[c] tendía siempre hacia el mal, 6 lamentó haber hecho al ser humano en la tierra, y le dolió en el corazón. 7 Entonces el Señor dijo: «Voy a borrar de la superficie de la tierra al ser humano que he creado. Y haré lo mismo con los animales, los reptiles y las aves del cielo. ¡Me duele haberlos hecho!». 8 Pero Noé contaba con el favor del Señor.
El diluvio
9 Esta es la historia de Noé.
Noé era un hombre justo e íntegro entre su gente, y anduvo fielmente con Dios. 10 Tuvo tres hijos: Sem, Cam y Jafet.
Por la fe
11 Ahora bien, la fe es tener confianza en lo que esperamos, es tener certeza de lo que no vemos. 2 Gracias a ella recibieron un testimonio favorable nuestros ancestros.
3 Por la fe entendemos que el universo fue formado por la palabra de Dios, de modo que lo visible no provino de lo que se ve.
4 Por la fe Abel ofreció a Dios un sacrificio más aceptable que el de Caín y por ella recibió testimonio de ser justo, pues Dios aceptó su ofrenda. Por la fe Abel, a pesar de estar muerto, habla todavía.
5 Por la fe Enoc fue sacado de este mundo sin experimentar la muerte; no fue hallado porque Dios se lo llevó, pero antes de ser llevado recibió testimonio de haber agradado a Dios. 6 En realidad, sin fe es imposible agradar a Dios, ya que cualquiera que se acerca a Dios tiene que creer que él existe y que recompensa a quienes lo buscan.
7 Por la fe Noé, advertido sobre cosas que aún no se veían, con temor reverente construyó un arca para salvar a su familia. Por esa fe condenó al mundo y llegó a ser heredero de la justicia que viene por la fe.
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