Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
98 CANTAD á Jehová canción nueva;
Porque ha hecho maravillas:
Su diestra lo ha salvado, y su santo brazo.
2 Jehová ha hecho notoria su salud:
En ojos de las gentes ha descubierto su justicia.
3 Hase acordado de su misericordia y de su verdad para con la casa de Israel:
Todos los términos de la tierra han visto la salud de nuestro Dios.
4 Cantad alegres á Jehová, toda la tierra;
Levantad la voz, y aplaudid, y salmead.
5 Salmead á Jehová con arpa;
Con arpa y voz de cántico.
6 Aclamad con trompetas y sonidos
De bocina delante del rey Jehová.
7 Brame la mar y su plenitud;
El mundo y los que en él habitan;
8 Los ríos batan las manos;
Los montes todos hagan regocijo,
9 Delante de Jehová; porque vino á juzgar la tierra:
Juzgará al mundo con justicia,
Y á los pueblos con rectitud.
8 Y FUÉ á mí palabra de Jehová de los ejércitos, diciendo:
2 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Yo he celado á Sión con grande celo, y con grande ira la celé.
3 Así dice Jehová: Yo he restituído á Sión, y moraré en medio de Jerusalem: y Jerusalem se llamará Ciudad de Verdad, y el monte de Jehová de los ejércitos, Monte de Santidad.
4 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Aun han de morar viejos y viejas en las plazas de Jerusalem, y cada cual con bordón en su mano por la multitud de los días.
5 Y las calles de la ciudad serán llenas de muchachos y muchachas, que jugarán en las calles.
6 Así dice Jehová de los ejércitos: Si esto parecerá dificultoso á los ojos del resto de este pueblo en aquellos días, ¿también será dificultoso delante de mis ojos? dice Jehová de los ejércitos.
7 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: He aquí, yo salvo mi pueblo de la tierra del oriente, y de la tierra donde se pone el sol;
8 Y traerélos, y habitarán en medio de Jerusalem; y me serán por pueblo, y yo seré á ellos por Dios con verdad y con justicia.
9 Así ha dicho Jehová de los ejércitos: Esfuércense vuestras manos, de vosotros los que oís en estos días estas palabras de la boca de los profetas, desde el día que se echó el cimiento á la casa de Jehová de los ejércitos, para edificar el templo.
10 Porque antes de estos días no ha habido paga de hombre, ni paga de bestia, ni hubo paz alguna para entrante ni para saliente, á causa del enemigo: y yo dejé todos los hombres, cada cual contra su compañero.
11 Mas ahora no lo haré con el resto de este pueblo como en aquellos días pasados, dice Jehová de los ejércitos.
12 Porque habrá simiente de paz; la vid dará su fruto, y dará su producto la tierra, y los cielos darán su rocío; y haré que el resto de este pueblo posea todo esto.
13 Y será que como fuisteis maldición entre las gentes, oh casa de Judá y casa de Israel, así os salvaré, y seréis bendición. No temáis, mas esfuércense vuestras manos.
14 Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Como pensé haceros mal cuando vuestros padres me provocaron á ira, dice Jehová de los ejércitos, y no me arrepentí;
15 Así tornando he pensado de hacer bien á Jerusalem y á la casa de Judá en estos días: no temáis.
16 Estas son las cosas que habéis de hacer: Hablad verdad cada cual con su prójimo; juzgad en vuestras puertas verdad y juicio de paz:
17 Y ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo, ni ameis juramento falso: porque todas estas son cosas que aborrezco, dice Jehová.
19 Respondió entonces Jesús, y díjoles: De cierto, de cierto os digo: No puede el Hijo hacer nada de sí mismo, sino lo que viere hacer al Padre: porque todo lo que él hace, esto también hace el Hijo juntamente.
20 Porque el Padre ama al Hijo, y le muestra todas las cosas que él hace; y mayores obras que éstas le mostrará, de suerte que vosotros os maravilléis.
21 Porque como el Padre levanta los muertos, y les da vida, así también el Hijo á los que quiere da vida.
22 Porque el Padre á nadie juzga, mas todo el juicio dió al Hijo;
23 Para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió.
24 De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá á condenación, mas pasó de muerte á vida.
25 De cierto, de cierto os digo: Vendrá hora, y ahora es, cuando los muertos oirán la voz del Hijo de Dios: y los que oyeren vivirán.
26 Porque como el Padre tiene vida en sí mismo, así dió también al Hijo que tuviese vida en sí mismo:
27 Y también le dió poder de hacer juicio, en cuanto es el Hijo del hombre.
28 No os maravilléis de esto; porque vendrá hora, cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz;
29 Y los que hicieron bien, saldrán á resurrección de vida; mas los que hicieron mal, á resurrección de condenación.
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