Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Eres todo lo que tengo
Poema que David compuso cuando estaba en la cueva. Una oración.
1 Pido a gritos la ayuda del SEÑOR;
a gritos le pido al SEÑOR compasión.
2 En él puedo descargar mi angustia;
sin temor le puedo expresar mis quejas.
3 Cuando estoy perdido,
tú me muestras el camino.
Mis enemigos han tendido una trampa
y estoy a punto de caer en ella,
pero Dios me guía.
4 No tengo ni siquiera un amigo
que esté a mi lado acompañándome;
no tengo en dónde esconderme.
A nadie le importa si vivo o muero.
5 Por eso pido tu ayuda, SEÑOR,
tú eres mi refugio;
eres todo lo que tengo en este mundo.
6 A ti te pido ayuda;
te necesito, me siento muy débil.
Sálvame de los que me persiguen,
porque son más fuertes que yo.
7 Ayúdame a escapar de sus trampas
para que pueda alabar tu nombre.
Entonces los justos celebrarán conmigo
porque tú me has cuidado.
Oración de Habacuc
3 Oración del profeta Habacuc. Al estilo sigionot[a].
2 SEÑOR, he escuchado acerca de ti;
siento un temor reverencial
por todo lo que has hecho, SEÑOR.
Reaviva tus hechos;
como hiciste en el pasado, dalos a conocer.
Aunque estés lleno de ira,
recuerda tu misericordia. Selah
3 Dios viene de Temán.
El Santo viene del monte Parán[b]. Selah
Su majestad cubre el cielo
y la tierra está llena de su gloria.
4 Su esplendor es como el relámpago;
de sus manos salen rayos deslumbrantes;
tras las nubes se oculta su poder.
5 La epidemia marcha delante de él
y la fiebre abrasadora lo sigue.[c]
6 La tierra tembló cuando él se puso de pie.
Con una sola mirada de él,
todas las naciones temblaron de miedo.
Las montañas más antiguas han sido destruidas;
las viejas colinas se han derrumbado.
Él anda por sus sendas antiguas.
7 En lugar de toda la maldad que vi,
temblaban las carpas de Cusán;
temblaban de miedo las cortinas de las carpas de Madián.
8 SEÑOR, ¿descargaste tu ira contra los ríos?
¿La descargaste contra el mar
y por eso conduces tus caballos
y carro de victoria?
9 Sacaste tu arco
y lanzaste tus flechas. Selah
Abriste la tierra seca con ríos.
10 Las montañas te vieron y temblaron de angustia.
Espesas nubes desataron la tormenta sobre la tierra.
Las profundidades del mar rugieron
y se levantaron para inundar la tierra.
11 Detuviste el sol
y la luna quedó quieta en su lugar,
mientras tus flechas resplandecían
y el rayo de tu lanza iluminaba el cielo.
12 En medio de tu ira, caminaste sobre la tierra
y pisoteaste las naciones.
13 Saliste a rescatar a tu pueblo
y al rey que tú elegiste.[d]
Destruiste la casa del perverso[e]
abriéndola de arriba a abajo. Selah
14 Aplastaste la cabeza de sus soldados
con las mismas lanzas de ellos.
Venían a atacarnos tan rápido como una tormenta.
Celebraban como el que roba al pobre en secreto.[f]
15 Pero tú caminaste sobre el mar con tus caballos
agitando las poderosas aguas.
16 Al escuchar todo eso,
se me estremecieron las entrañas.
Mis labios temblaron;
los huesos se me debilitaron
y mis pies vacilaron.
Esperaré pacientemente a que les llegue
ese día de sufrimiento a los que nos atacan.
5 Quiero recordarles algo que ustedes ya saben: que el Señor[a] salvó a su pueblo de Egipto pero luego destruyó a los que no creyeron. 6 Acuérdense también de los ángeles que no conservaron su posición de autoridad sino que abandonaron su propio lugar. Dios los mantiene en la oscuridad, atados eternamente con cadenas, esperando el gran día del juicio. 7 Recuerden también a Sodoma y Gomorra y a las ciudades cercanas. Dios las condenó al fuego eterno porque cometieron inmoralidades y perversiones sexuales. Son como los ángeles antes mencionados, su castigo nos sirve de advertencia.
8 No obstante, esos individuos también contaminan su cuerpo, viven soñando, no aceptan la autoridad de Dios e insultan a los seres espirituales superiores[b]. 9 Ni siquiera el arcángel Miguel cuando estaba discutiendo con el diablo sobre el cuerpo de Moisés se atrevió a maldecir al diablo, sino que le dijo: «¡Que el Señor te reprenda!» 10 Pero esos critican lo que no entienden, y lo poco que entienden lo usan para destruirse, como si fueran animales que actúan por instinto.
11 ¡Pobre gente! Se fueron por el mismo camino de Caín[c]. Por conseguir dinero se van por el camino equivocado como Balán[d], hablan contra la autoridad y son destruidos como le pasó a Coré[e].
12 Esos individuos son un peligro[f] para ustedes en sus reuniones fraternales. Sólo vienen a comer y a divertirse sin tener ningún respeto a Dios. Son como pastores que buscan su propio beneficio, como nubes sin agua que arrastra el viento y como árboles que ya deberían dar fruto pero no lo dan. Están completamente muertos, así que serán arrancados de raíz. 13 Así como todos pueden ver la espuma sucia de las fuertes olas del mar, todos pueden ver las cosas vergonzosas que ellos hacen. Su destino es igual al de una estrella fugaz[g] que pasa por el cielo y desaparece en la más negra oscuridad.
14 Enoc, que fue el séptimo descendiente desde Adán, dijo sobre esta gente: «¡Miren! el Señor va a venir con miles y miles de sus santos ángeles 15 para juzgar y castigar a cada uno por la maldad que haya hecho y por todo lo malo que haya dicho en contra de Dios». 16 Esta gente se la pasa quejándose y buscando faltas en los demás, pero ellos siempre hacen el mal que les da la gana. Se enorgullecen de sí mismos y adulan a los demás sólo para aprovecharse de ellos.
No olviden el mensaje de los apóstoles
17 Pero ustedes, estimados hermanos, recuerden las palabras que antes dijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. 18 Ellos continuamente les decían: «En los últimos tiempos, habrá algunos que se burlarán de Dios y vivirán conforme a sus malos deseos». 19 Esos causan división, son mundanos y no tienen el Espíritu.
20 Pero ustedes, estimados hermanos, fortalézcanse unos a otros en su fe santísima. Oren por medio del Espíritu Santo. 21 Permanezcan en el amor de Dios. Sigan recibiendo la misericordia de nuestro Señor Jesucristo hasta que los lleve a la vida eterna.
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