Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Cántico de los peregrinos.
129 Desde mi juventud mis enemigos me han perseguido —que lo repita ahora Israel— 2 Desde mi juventud mis enemigos me han perseguido, pero no han logrado acabar conmigo.
3 Mi espalda está cubierta de heridas, como si hubieran pasado un arado sobre ella y hecho surcos. 4 Pero el Señor es bueno; me ha librado de las ataduras de los malvados.
5 Que retrocedan avergonzados todos los que odian a Sion.
6 Que sean como la hierba en el techo, que antes de crecer se marchita; 7 que no llena las manos del segador ni el regazo del que cosecha. 8 Que al pasar nadie les diga: «La bendición del Señor sea con ustedes; los bendecimos en el nombre del Señor».
Sedequías interroga a Jeremías
14 Un día el rey Sedequías envió a llamar a Jeremías para reunirse con él en la puerta lateral del templo.
―Quiero preguntarte algo —dijo el rey—. No trates de ocultarme la verdad.
15 Jeremías dijo:
―Si te digo la verdad me matarás. Y de todos modos no querrás escucharme.
16 Juró entonces el rey Sedequías ante el Señor, Creador suyo, que no mataría a Jeremías ni lo entregaría a quienes tramaban su muerte. 17 Entonces Jeremías le dijo a Sedequías:
―El Señor de los ejércitos, el Dios de Israel, dice: Si te rindes a Babilonia, tú y tu familia vivirán y la ciudad no será incendiada. 18 Si rehúsan rendirse, esta ciudad será incendiada por el ejército babilónico y ustedes no escaparán.
19 ―Pero temo rendirme —le dijo el rey—, porque los babilonios me entregarán a los judíos que se han pasado del lado suyo, ¡y quién sabe qué me harán!
20 Jeremías respondió:
―Basta con que obedezcas al Señor y no caerás en manos de ellos; tu vida será respetada y todo te saldrá bien. 21-22 Pero si rehúsas rendirte, el Señor ha dicho que todas las mujeres que queden en tu palacio serán sacadas y entregadas a los oficiales del ejército babilónico; y estas mujeres se burlarán de ti amargamente. “¡Qué amigos tienes!” dirán, “¡qué egipcios esos! ¡Te traicionaron y te entregaron a tu destino!”. 23 Todas tus esposas e hijos serán entregados a los babilonios, y tú no escaparás. El rey de Babilonia te capturará y esta ciudad será incendiada.
24 Entonces Sedequías dijo a Jeremías:
«¡Bajo pena de muerte, no le cuentes a nadie lo que me has dicho esto! 25 Y si mis oficiales oyen que he hablado contigo y te amenazan de muerte si no les dices de qué hemos tratado, 26 diles simplemente que me suplicaste que no te volviera al calabozo en casa de Jonatán, pues allí morirías».
27 Y no mucho después todos los oficiales de la ciudad fueron a donde estaba Jeremías y le preguntaron por qué lo había mandado llamar el rey. Y él dijo lo que el rey le había ordenado, y ellos se fueron sin descubrir la verdad, pues la conversación entre Jeremías y el rey no había sido escuchada por nadie. 28 Y Jeremías permaneció en el patio de la prisión hasta el día en que Jerusalén fue conquistada por los babilonios.
Pleitos entre creyentes
6 ¿Cómo es que ustedes, cuando tienen algo contra otro creyente, acuden a las autoridades paganas para que juzguen el asunto, en vez de acudir a los cristianos? 2 ¿Ignoran acaso que un día los cristianos van a juzgar al mundo? Y si esto es así, ¿por qué entonces no resuelven entre ustedes los pequeños litigios? 3 ¿No saben que vamos a juzgar a los ángeles? Con mayor razón podrán muy bien resolver las cuestiones de esta vida.
4 ¿Por qué acudir entonces a jueces que no pertenecen a la iglesia para resolver sus asuntos? 5 Lo digo para que se avergüencen. ¿Es que no hay nadie en la iglesia que sea lo suficientemente sabio para resolver las disputas entre cristianos? 6 En vez de esto, un hermano demanda a otro ¡ante los incrédulos!
7 De por sí, el hecho de que haya litigios entre ustedes es ya una gran vergüenza. ¿Por qué no soportar la injusticia? ¿No sería mejor dejar que los defrauden?
8 Más doloroso es que ustedes mismos cometan agravios y defrauden a otros hermanos.
9 ¿No saben que los que hacen eso no tendrán parte en el reino de Dios? Sépanlo bien: Los fornicarios, los idólatras, los adúlteros, los homosexuales y los pervertidos sexuales, 10 los ladrones, los avaros, los borrachos, los calumniadores y los estafadores no tendrán parte en el reino de Dios.
11 Varios de ustedes merecían antes estos calificativos, pero ya el Señor les lavó sus pecados, los santificó y los justificó en el nombre del Señor Jesucristo y por el Espíritu de nuestro Dios.
Nueva Biblia Viva, © 2006, 2008 por Biblica, Inc.® Usado con permiso de Biblica, Inc.® Reservados todos los derechos en todo el mundo.