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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 94

94 Oh Señor, Dios de venganza,
    oh Dios de venganza, ¡haz que tu gloriosa justicia resplandezca!
Levántate, oh Juez de la tierra;
    dales su merecido a los orgullosos.
¿Hasta cuándo, Señor?
    ¿Hasta cuándo los perversos tendrán permiso para regodearse?
¿Hasta cuándo hablarán con arrogancia?
    ¿Hasta cuándo se jactarán estos malvados?
Aplastan a tu pueblo, Señor;
    lastiman a los que llamas tuyos.
Matan a las viudas y a los extranjeros,
    y asesinan a los huérfanos.
«El Señor no está mirando—dicen—,
    y además, al Dios de Israel[a] no le importa».

¡Piénsenlo mejor, necios!
    ¿Cuándo por fin se darán cuenta?
El que les hizo los oídos, ¿acaso es sordo?
    El que les formó los ojos, ¿acaso es ciego?
10 Él castiga a las naciones, ¿acaso no los castigará a ustedes?
    Él todo lo sabe, ¿acaso no sabe también lo que ustedes hacen?
11 El Señor conoce los pensamientos de la gente;
    ¡sabe que no valen nada!

12 Felices aquellos a quienes tú disciplinas, Señor,
    aquellos a los que les enseñas tus instrucciones.
13 Los alivias en tiempos difíciles
    hasta que se cave un pozo para capturar a los malvados.
14 El Señor no rechazará a su pueblo;
    no abandonará a su posesión más preciada.
15 El juicio volverá a basarse en la justicia,
    y los de corazón íntegro la procurarán.

16 ¿Quién me protegerá de los perversos?
    ¿Quién me defenderá de los malvados?
17 Si el Señor no me hubiera ayudado,
    pronto me habría quedado en el silencio de la tumba.
18 Clamé: «¡Me resbalo!»,
    pero tu amor inagotable, oh Señor, me sostuvo.
19 Cuando mi mente se llenó de dudas,
    tu consuelo renovó mi esperanza y mi alegría.

20 ¿Acaso pueden los líderes injustos afirmar que Dios está de su lado,
    los líderes cuyos decretos permiten la injusticia?
21 Se unen contra los justos
    y condenan a muerte a los inocentes.
22 Pero el Señor es mi fortaleza;
    mi Dios es la roca poderosa donde me escondo.
23 Dios hará que los pecados de los malvados se tornen contra ellos;
    los destruirá por sus pecados.
    El Señor nuestro Dios los destruirá.

Jeremías 14:1-10

La terrible sequía en Judá

14 Jeremías recibió este mensaje del Señor que explica por qué detuvo la lluvia:

«Judá desfallece;
    el comercio a las puertas de la ciudad se estanca.
Todo el pueblo se sienta en el suelo porque está de luto,
    y surge un gran clamor de Jerusalén.
Los nobles envían a sus sirvientes a buscar agua,
    pero los pozos están secos.
Confundidos y desesperados, los siervos regresan
    con sus cántaros vacíos,
    y con sus cabezas cubiertas en señal de dolor.
El suelo está reseco
    y agrietado por falta de lluvia.
Los agricultores están profundamente angustiados;
    ellos también se cubren la cabeza.
Aun la cierva abandona su cría
    porque no hay pasto en el campo.
Los burros salvajes se paran sobre las lomas desiertas
    jadeando como chacales sedientos.
Fuerzan la vista en busca de hierba,
    pero no la hay por ninguna parte».

La gente dice: «Nuestra maldad nos alcanzó, Señor,
    pero ayúdanos por el honor de tu propia fama.
Nos alejamos de ti
    y pecamos contra ti una y otra vez.
Oh Esperanza de Israel, nuestro Salvador en tiempos de aflicción,
    ¿por qué eres como un desconocido?
¿Por qué eres como un viajero que pasa por la tierra
    y se detiene solamente para pasar la noche?
¿Estás confundido también?
    ¿Es nuestro guerrero valiente incapaz de salvarnos?
Señor, tú estás aquí entre nosotros
    y somos conocidos como pueblo tuyo.
    ¡Por favor, no nos abandones ahora!».

10 Así que el Señor dice a su pueblo:
«A ustedes les encanta andar lejos de mí
    y no se han contenido.
Por lo tanto, no los aceptaré más como mi pueblo;
    ahora les recordaré todas sus maldades
    y los castigaré por sus pecados».

Jeremías 14:17-22

17 Ahora bien, Jeremías, diles esto:

»“Mis ojos derraman lágrimas día y noche.
    No puedo dejar de llorar
porque mi hija virgen—mi pueblo precioso—
    ha sido derribada
    y yace herida de muerte.
18 Si salgo al campo,
    veo los cuerpos masacrados por el enemigo.
Si camino por las calles de la ciudad,
    veo gente muerta por el hambre.
Los profetas y los sacerdotes continúan con su trabajo,
    pero no saben lo que hacen”.

Oración por sanidad

19 Señor, ¿has rechazado por completo a Judá?
    ¿Verdaderamente odias a Jerusalén[a]?
¿Por qué nos has herido sin la menor esperanza de recuperarnos?
    Esperábamos paz, pero la paz no llegó;
    esperábamos un tiempo de sanidad, pero solo encontramos terror.
20 Señor, confesamos nuestra maldad
    y también la de nuestros antepasados;
    todos hemos pecado contra ti.
21 Por el honor de tu fama, Señor, no nos abandones;
    no deshonres tu propio trono glorioso.
Por favor, recuérdanos,
    y no rompas tu pacto con nosotros.

22 ¿Puede alguno de los inútiles dioses ajenos enviarnos lluvia?
    ¿O acaso cae del cielo por sí misma?
No, tú eres el único, ¡oh Señor nuestro Dios!
    Solo tú puedes hacer tales cosas.
    Entonces esperaremos que nos ayudes.

Lucas 22:31-33

Jesús predice la negación de Pedro

31 »Simón, Simón, Satanás ha pedido zarandear a cada uno de ustedes como si fueran trigo; 32 pero yo he rogado en oración por ti, Simón, para que tu fe no falle, de modo que cuando te arrepientas y vuelvas a mí fortalezcas a tus hermanos».

33 Pedro dijo:

—Señor, estoy dispuesto a ir a prisión contigo y aun a morir contigo.

Lucas 22:54-62

Pedro niega a Jesús

54 Entonces lo arrestaron y lo llevaron a la casa del sumo sacerdote. Y Pedro los siguió de lejos. 55 Los guardias encendieron una fogata en medio del patio y se sentaron alrededor, y Pedro se sumó al grupo. 56 Una sirvienta lo vio a la luz de la fogata y comenzó a mirarlo fijamente. Por fin dijo: «Este hombre era uno de los seguidores de Jesús».

57 Pero Pedro lo negó: «¡Mujer, ni siquiera lo conozco!».

58 Después de un rato, alguien más lo vio y dijo:

—Seguramente tú eres uno de ellos.

—¡No, hombre, no lo soy!—contestó.

59 Alrededor de una hora más tarde, otra persona insistió: «Seguro este es uno de ellos porque también es galileo».

60 Pero Pedro dijo: «¡Hombre, no sé de qué hablas!». Inmediatamente, mientras aún hablaba, el gallo cantó.

61 En ese momento, el Señor se volvió y miró a Pedro. De repente, las palabras del Señor pasaron rápidamente por la mente de Pedro: «Mañana por la mañana, antes de que cante el gallo, negarás tres veces que me conoces». 62 Y Pedro salió del patio, llorando amargamente.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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