Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Bondad de Dios y maldad de Israel
(1) Del maestro de coro, con la cítara de Gat. De Asaf.
81 (2) ¡Canten alegres a Dios, que es nuestra fuerza!
¡Alaben con gritos de alegría al Dios de Jacob!
10 (11) Yo soy el Señor, tu Dios,
el que te sacó de la tierra de Egipto;
abre tu boca, y yo te satisfaré.
11 (12) »Pero mi pueblo no quiso oírme;
¡Israel no quiso obedecerme!
12 (13) Por eso los dejé seguir con su capricho,
y vivieron como mejor les pareció.
13 (14) ¡Si mi pueblo me hubiera escuchado!
¡Si Israel hubiera seguido mis caminos,
14 (15) en un abrir y cerrar de ojos
yo habría humillado a sus enemigos
y castigado a sus contrarios!»
15 (16) Los que odian al Señor caerían aterrados,
y su condenación quedaría sellada.
16 (17) Dios alimentaría a su pueblo con lo mejor del trigo,
y con miel silvestre apagaría su sed.
Infidelidad de Israel
2 El Señor se dirigió a mí, y me dijo:
2 «Ve y habla a la ciudad de Jerusalén;
grita para que lo oiga bien:
“¡Así dice el Señor!
Recuerdo que cuando eras joven, me eras fiel,
que cuando te hice mi esposa, me amabas
y me seguiste a través del desierto,
tierra en que nada se cultiva.”
3 Israel estaba consagrada a mí,
era lo mejor de mi cosecha.
Si alguien le hacía daño, yo lo castigaba
enviándole calamidades.
Yo, el Señor, lo afirmo.»
Consecuencias de la infidelidad de Israel
14 »Israel no es un esclavo;
él no nació en la esclavitud.
¿Por qué, pues, lo saquean?
15 ¿Por qué lo atacan como leones,
lanzando fuertes rugidos?
Han dejado en ruinas su país;
sus ciudades fueron incendiadas
y nadie quedó en ellas.
16 La gente de Menfis y de Tafnes
te rompió la cabeza.
17 Esto te ha pasado por haberme abandonado
a mí, que soy el Señor tu Dios
y que te guiaba por el camino.
18 Y ahora, ¿qué ganas con ir a Egipto
a beber agua del Nilo?
¿Qué ganas con ir a Asiria
a beber agua del Éufrates?
19 Tu propia maldad te castigará,
tu infidelidad te condenará.
Piensa y verás lo malo y amargo
que ha sido que me abandones
y que no me hayas honrado,
a mí, que soy el Señor tu Dios.
Yo, el Señor todopoderoso, lo afirmo.
Rebeldía de Israel
20 »Desde hace mucho te rebelaste contra mí,
te negaste a obedecerme.
Dijiste: “No quiero servir.”
Sobre toda loma alta
y bajo todo árbol frondoso
te dedicaste a la prostitución.
21 Yo te planté como vid de la mejor calidad,
como vid de la semilla más fina.
¡Pero te has degenerado tanto,
que ya ni te reconozco!
22 Por más que te laves con lejía
y uses todo el jabón que quieras,
ante mí sigue presente la mancha de tu pecado.
Yo, el Señor, lo afirmo.
Jesús responde a la madre de Santiago y Juan(A)
20 La madre de los hijos de Zebedeo, junto con sus hijos, se acercó a Jesús y se arrodilló delante de él para pedirle un favor. 21 Jesús le preguntó:
—¿Qué quieres?
Ella le dijo:
—Manda que en tu reino uno de mis hijos se siente a tu derecha y el otro a tu izquierda.
22 Jesús contestó:
—Ustedes no saben lo que piden. ¿Pueden beber el trago amargo que voy a beber yo?
Ellos dijeron:
—Podemos.
23 Jesús les respondió:
—Ustedes beberán este trago amargo, pero el sentarse a mi derecha o a mi izquierda no me corresponde a mí darlo, sino que se les dará a aquellos para quienes mi Padre lo ha preparado.
24 Cuando los otros diez discípulos oyeron esto, se enojaron con los dos hermanos. 25 Pero Jesús los llamó, y les dijo:
—Como ustedes saben, entre los paganos los jefes gobiernan con tiranía a sus súbditos, y los grandes hacen sentir su autoridad sobre ellos. 26 Pero entre ustedes no debe ser así. Al contrario, el que entre ustedes quiera ser grande, deberá servir a los demás; 27 y el que entre ustedes quiera ser el primero, deberá ser su esclavo. 28 Porque, del mismo modo, el Hijo del hombre no vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por una multitud.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.