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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 71:1-6

Salmo 71 (70)

No me rechaces en mi vejez

71 Señor, en ti confío,
que no quede jamás defraudado.
Por tu fuerza salvadora líbrame, libérame;
acerca hacia mí tu oído y ponme a salvo.
Sé para mí fortaleza protectora
donde siempre pueda entrar;
tú has decidido salvarme,
mi baluarte y mi bastión eres tú.
Dios mío, líbrame de la mano del malvado,
de la garra del criminal y el opresor.
Porque tú, Señor, eres mi esperanza,
mi refugio, Señor, desde mi juventud.
Desde el vientre materno en ti me apoyaba,
del seno de mi madre me hiciste salir;
tuya ha sido siempre mi alabanza.

Jeremías 1:1-3

Marco histórico

Palabras de Jeremías, hijo de Jelcías, uno de los sacerdotes de Anatot, en territorio de Benjamín. Le llegó la palabra del Señor en tiempos de Josías, hijo de Amón, rey de Judá, el año décimo tercero de su reinado. También le llegó en tiempos de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, hasta el final del año undécimo de Sedecías, hijo de Josías, rey de Judá; hasta la deportación de Jerusalén en el mes quinto.

Jeremías 1:11-19

11 El Señor me dirigió la palabra en estos términos:

— ¿Qué ves, Jeremías?

Respondí:

— Veo una rama de almendro.

12 Añadió el Señor:

— Has visto bien. Pues yo también vigilo para que se cumpla mi palabra.

13 Por segunda vez me dirigió el Señor su palabra en estos términos:

— ¿Qué ves?

Respondí:

— Veo un caldero hirviendo, con sus bordes inclinados del lado del norte.

14 El Señor me dijo:

— El desastre se precipitará desde el norte sobre todos los habitantes del país, 15 pues pienso citar a todos los clanes y reinos del norte —oráculo del Señor—.

Vendrán y pondrán su sitial
a la entrada de las puertas de Jerusalén,
en torno a todas sus murallas
y en todas las ciudades de Judá.
16 Expondré mis cargos contra ellos,
por el mal que hicieron olvidándome,
quemando incienso a otros dioses,
adorando a las obras de sus manos.
17 Y tú, disponte a pelear,
puesto en pie les dirás
todo lo que yo te ordene.
Y no les tengas miedo,
o seré yo el que te intimide.
18 Mira, te he convertido
desde hoy en plaza fuerte,
serás columna de hierro,
igual que muro de bronce,
enfrentado a todo el país:
a los reyes y príncipes de Judá,
sacerdotes y pueblo de la tierra.
19 Te atacarán, pero no te vencerán,
pues estoy contigo para ayudarte
—oráculo del Señor—.

Lucas 6:1-5

Jesús y el sábado (Mt 12,1-8; Mc 2,23-28)

Un sábado iba Jesús paseando por entre unos sembrados. Sus discípulos se pusieron a arrancar espigas y a comérselas desgranándolas entre las manos. Algunos fariseos dijeron:

— ¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?

Jesús les contestó:

— ¿No han leído lo que hizo David cuando él y sus compañeros sintieron hambre? Entró en la casa de Dios y tomando los panes de la ofrenda, comió de ellos, algo que no estaba permitido hacer a nadie, sino solamente a los sacerdotes. Y dio también a quienes lo acompañaban.

Y Jesús añadió:

— ¡El Hijo del hombre es Señor del sábado!

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España