Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Al director musical. Salmo de David.
11 En el Señor hallo refugio.
¿Cómo se atreven a decirme:
«Huye al monte como las aves»?
2 Vean cómo tensan sus arcos los malvados:
preparan las flechas sobre la cuerda
para disparar desde las sombras
contra los que son rectos de corazón.
3 Cuando los fundamentos son destruidos,
¿qué le queda al justo?
4 El Señor está en su santo Templo,
en los cielos tiene el Señor su trono
y atentamente observa al ser humano;
con sus propios ojos lo examina.
5 El Señor examina a justos,
pero aborrece a malvados
y a los que aman la violencia.
6 Hará llover sobre los malvados
ardientes brasas y candente azufre;
¡un viento abrasador será la porción de su copa!
7 Porque el Señor es justo y ama la justicia,
los rectos contemplarán su rostro.
Juicio universal
24 Miren, el Señor arrasa la tierra
y la devasta,
trastorna su faz
y dispersa a sus habitantes.
2 Lo mismo pasará
al pueblo y al sacerdote,
al esclavo y al amo,
a la esclava y a la señora,
al comprador y al vendedor,
al prestatario y al prestamista,
al acreedor y al deudor.
3 La tierra será totalmente arrasada,
saqueada por completo,
porque el Señor lo ha dicho.
4 La tierra languidece y se marchita;
el mundo se marchita y desfallece;
desfallecen los notables de la tierra.
5 La tierra yace profanada,
pisoteada por sus habitantes,
porque han desobedecido las leyes,
han violado los estatutos,
han quebrantado el pacto eterno.
6 Por eso una maldición consume a la tierra
y los culpables son sus habitantes.
Por eso el fuego los consume,
y solo quedan unos cuantos.
7 Languidece el vino nuevo, desfallece la vid;
gimen todos los corazones alegres.
8 Cesó el ritmo de los panderos,
se aplacó el bullicio de los que se divierten,
se apagó el júbilo del arpa.
9 Ya no beben vino mientras cantan;
a los borrachos la cerveza les sabe amarga.
10 La ciudad del caos yace devastada;
cerrado está el acceso a toda casa.
11 Clamor hay en las calles porque falta el vino;
toda alegría se ha extinguido;
el júbilo ha sido desterrado.
12 La ciudad está en ruinas;
su puerta está hecha pedazos.
13 Así sucederá en medio de la tierra
y entre las naciones,
como cuando a golpes se cosechan aceitunas,
como cuando se recoge lo que sobra después de la vendimia.
17 Por la fe Abraham, quien había recibido las promesas, fue puesto a prueba y ofreció a Isaac, su hijo único, 18 a pesar de que Dios le había dicho: «Tu descendencia se establecerá por medio de Isaac».[a] 19 Consideraba Abraham que Dios tiene poder hasta para resucitar a los muertos; en sentido figurado, recobró a Isaac de entre los muertos.
20 Por la fe Isaac bendijo a Jacob y a Esaú, previendo lo que les esperaba en el futuro.
21 Por la fe Jacob, cuando estaba a punto de morir, bendijo a cada uno de los hijos de José y adoró apoyándose en la punta de su bastón.[b]
22 Por la fe José, al fin de su vida, se refirió a la salida de los israelitas de Egipto y dio instrucciones acerca de sus huesos.
23 Por la fe el recién nacido Moisés fue escondido por sus padres durante tres meses, porque vieron que era un niño hermoso y no tuvieron miedo del edicto del rey.
24 Por la fe Moisés, ya adulto, renunció a ser llamado hijo de la hija del faraón. 25 Prefirió ser maltratado con el pueblo de Dios a disfrutar de los efímeros placeres del pecado. 26 Consideró que la deshonra por causa de Cristo era una mayor riqueza que los tesoros de Egipto, porque tenía la mirada puesta en la recompensa. 27 Por la fe salió de Egipto sin tenerle miedo a la ira del rey y se mantuvo firme, pues había visto a aquel que es invisible. 28 Por la fe celebró la Pascua y el rociamiento de la sangre, para que el exterminador de los primogénitos no tocara a los de Israel.
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