Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para Jedutún, director del coro: salmo de Asaf.
77 Clamo a Dios: sí, a gritos.
¡Oh, si Dios me escuchara!
2 Cuando estaba en graves dificultades,
busqué al Señor.
Toda la noche oré con las manos levantadas hacia el cielo,
pero mi alma no encontró consuelo.
11 Pero después me acuerdo de todo lo que has hecho, oh Señor;
recuerdo tus obras maravillosas de tiempos pasados.
12 Siempre están en mis pensamientos;
no puedo dejar de pensar en tus obras poderosas.
13 Oh Dios, tus caminos son santos.
¿Existe algún dios tan poderoso como tú?
14 ¡Eres el Dios de grandes maravillas!
Demuestras tu asombroso poder entre las naciones.
15 Con tu fuerte brazo, redimiste a tu pueblo,
los descendientes de Jacob y de José. Interludio
16 Cuando el mar Rojo te vio,[a] oh Dios,
sus aguas miraron y temblaron;
el mar se estremeció hasta las profundidades.
17 Las nubes derramaron lluvia;
el trueno retumbó en el cielo;
tus flechas destellaron como rayos.
18 Tu trueno rugió desde el torbellino;
¡los relámpagos iluminaron el mundo!
La tierra tembló y se estremeció.
19 Te abriste camino a través del mar
y tu sendero atravesó las poderosas aguas,
¡una senda que nadie sabía que estaba allí!
20 Guiaste a tu pueblo por ese camino como a un rebaño de ovejas,
con Moisés y Aarón de pastores.
13 Por tercera vez, el rey envió a un capitán con cincuenta hombres; pero esta vez el capitán subió a la colina, se arrodilló ante Elías y le suplicó:
—Hombre de Dios, por favor, perdone mi vida y también la vida de estos cincuenta siervos suyos. 14 Sabemos que cayó fuego del cielo y destruyó a los primeros dos grupos; pero ahora, ¡le ruego que me perdone la vida!
15 Entonces el ángel del Señor dijo a Elías: «Desciende con él y no le tengas miedo». Así que Elías se levantó y fue con el capitán a ver al rey.
16 Así que Elías dijo al rey: «Esto dice el Señor: “¿Por qué enviaste mensajeros a Baal-zebub, dios de Ecrón, a preguntarle si te recuperarías? ¿Acaso no hay Dios en Israel para contestar tu pregunta? Ahora, porque hiciste esto, nunca te levantarás de la cama donde estás; ten por seguro que morirás”».
17 Así que Ocozías murió como el Señor lo había anunciado por medio de Elías. Dado que Ocozías no tenía ningún hijo que reinara en su lugar, su hermano Joram[a] lo sucedió en el trono. Esto ocurrió en el segundo año del reinado de Yoram, hijo de Josafat, rey de Judá.
18 Los demás acontecimientos del reinado de Ocozías y todo lo que él hizo están registrados en El libro de la historia de los reyes de Israel.
3 El grupo de profetas de Betel se acercó a Eliseo para preguntarle:
—¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo?
—Claro que lo sé—contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!
4 Entonces Elías le dijo a Eliseo:
—Quédate aquí, porque el Señor me dijo que fuera a Jericó.
Pero Eliseo le respondió de nuevo:
—Tan cierto como que el Señor vive y que tú vives, ¡nunca te dejaré!
Así que continuaron juntos a Jericó.
5 Después el grupo de profetas de Jericó se acercó a Eliseo para preguntarle:
—¿Sabías que hoy el Señor se llevará a tu amo?
—Claro que lo sé—contestó Eliseo—, ¡pero no digan nada!
Jesús predice su muerte
21 Jesús les advirtió a sus discípulos que no dijeran a nadie quién era él.
22 —El Hijo del Hombre[a] tendrá que sufrir muchas cosas terribles —les dijo—. Será rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarán, pero al tercer día resucitará.
23 Entonces dijo a la multitud: «Si alguno de ustedes quiere ser mi seguidor, tiene que abandonar su propia manera de vivir, tomar su cruz cada día y seguirme. 24 Si tratas de aferrarte a la vida, la perderás, pero si entregas tu vida por mi causa, la salvarás. 25 ¿Y qué beneficio obtienes si ganas el mundo entero, pero te pierdes o destruyes a ti mismo? 26 Si alguien se avergüenza de mí y de mi mensaje, el Hijo del Hombre se avergonzará de esa persona cuando regrese en su gloria y en la gloria del Padre y de los santos ángeles. 27 Les digo la verdad, algunos de los que están aquí ahora no morirán sin antes ver el reino de Dios».
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