Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
La vida es corta
SALMO 39 (38)
Himno de David y de Jedutún.
39 Yo me había propuesto
cuidar mi conducta
y no pecar con mis palabras,
y hasta taparme la boca
en presencia de gente malvada.
2 Así que guardé silencio
y no dije una sola palabra.
Pero eso no me ayudó en nada,
pues mi angustia era mayor:
3 ¡el corazón me ardía en el pecho!
Mientras más pensaba en esto,
más frustrado me sentía;
al fin abrí la boca y dije:
4 «Dios mío,
hazme saber cuál será mi fin,
y cuánto tiempo me queda de vida;
hazme saber cuán corta es mi vida.
5 Me has dado una vida muy breve,
¡tan breve que no es nada para ti!
¡Nadie dura más que un suspiro!
6 Nuestra vida es pasajera;
de nada nos sirve
amontonar riquezas
si al fin y al cabo
otros se quedarán con ellas.
7 »Siendo esto así, Dios mío,
¿qué es lo que puedo esperar?
¡En ti he puesto mi esperanza!
8 Líbrame de todos mis pecados;
¡no dejes que esos necios
se burlen de mí!
9 »Yo he guardado silencio,
no he abierto la boca;
¡nadie puede pedirte cuentas
de lo que decides hacer!
10 Deja ya de castigarme,
pues tus golpes me aniquilan.
11 Tú castigas a la gente
y corriges su maldad;
destruyes como polilla
lo que ellos más valoran.
¡Nadie dura más que un suspiro!
12 »Dios mío,
oye mi oración,
escucha mi queja,
no desatiendas mi llanto.
Para ti soy un peregrino;
estoy de paso por esta vida,
como mis antepasados.
13 Ya no me mires así,
y antes de abandonar este mundo
dame un poco de alegría».
16-17 A Oseas hijo de Nun, Moisés le cambió el nombre y le puso Josué. Luego Moisés envió a los jefes israelitas a explorar el territorio de Canaán. Les dijo:
«Vayan por el desierto hasta llegar a las montañas. 18 Fíjense en el país y en la gente que allí vive, si es gente fuerte o débil, y si son muchos o pocos. 19-20 Fíjense también cómo han construido sus ciudades, y si son fuertes o frágiles como tiendas de campaña. Vean si su territorio tiene árboles, si es bueno y da muchos frutos, o si es malo y sin frutos. No sean miedosos, y traigan de allá algo de lo que la tierra produce».
Los espías recorren el territorio prometido
Comenzaba la cosecha de las primeras uvas 21 cuando los jefes israelitas fueron a explorar la región. Empezaron por el sur, por el desierto de Sin, y de allí se fueron hasta Rehob, que está cerca de Hamat. 22 Entraron por el desierto y llegaron hasta Hebrón. Esta ciudad había sido construida siete años antes que la ciudad egipcia de Soan.
Los espías vieron que en Hebrón vivían Ahimán, Sesai y Talmai, que eran descendientes del gigante Anac. 23-24 Cuando llegaron a un arroyo, cortaron un racimo de uvas tan grande y pesado que tuvieron que cargarlo entre dos. Los otros llevaron granadas e higos. El racimo que allí cortaron los israelitas era tan grande que a ese arroyo le pusieron por nombre Escol, que significa «racimo».
Los espías presentan su informe
25 Después de andar por el territorio durante cuarenta días, los espías regresaron 26 a Cadés, en el desierto de Parán. Allí les contaron a Moisés, a Aarón y a todos los israelitas lo que habían visto, y les mostraron los frutos que habían traído de ese territorio. 27 Y le dijeron a Moisés:
—Fuimos al territorio adonde nos enviaste. Es un territorio muy fértil; ¡allí siempre habrá abundancia de alimentos! Mira, éstos son los frutos que se dan allá.
La semilla de mostaza
18 Jesús también les dijo:
«¿Cómo les puedo explicar qué es el reino de Dios? ¿Con qué puedo compararlo? 19 Se puede comparar con la semilla de mostaza: Cuando un hombre va y la siembra en su terreno, ella crece y se convierte en un árbol grande, tan grande que hasta los pájaros vienen y hacen nidos en sus ramas.»
La levadura
20 Jesús también les dijo:
«¿Con qué más puedo comparar el reino de Dios? 21 Se puede comparar con lo que sucede cuando una mujer pone un poquito de levadura en un montón de harina. ¡Ese poquito hace crecer toda la masa!»
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