Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración de un anciano
71 Señor, en ti busco protección;
¡no me defraudes jamás!
2 ¡Líbrame, ponme a salvo,
pues tú eres justo!
Dígnate escucharme, y sálvame.
3 Sé tú mi roca protectora,
¡sé tú mi castillo de refugio y salvación!
¡Tú eres mi roca y mi castillo!
4 Dios mío,
líbrame de las manos del malvado,
de las manos del criminal y del violento,
5 pues tú, Señor, desde mi juventud
eres mi esperanza y mi seguridad.
6 Aún estaba yo en el vientre de mi madre
y ya me apoyaba en ti.
¡Tú me hiciste nacer!
¡Yo te alabaré siempre!
Reinado de Josías(A)
34 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante treinta y un años. 2 Los hechos de Josías fueron rectos a los ojos del Señor, pues siguió la conducta de David, su antepasado, sin desviarse de ella para nada.
Reformas de Josías
3 En el octavo año de su reinado, siendo todavía joven, Josías empezó a buscar al Dios de su antepasado David. Y en el año doce de su reinado comenzó a purificar a Judá y Jerusalén de los santuarios en lugares altos, las imágenes de Aserá, los ídolos y las estatuas de metal fundido, 4 y fueron destruidos en su presencia los altares de las diversas representaciones de Baal. Además, Josías mandó destrozar los altares para incienso que había encima. También mandó hacer pedazos las imágenes de Aserá, los ídolos y las estatuas de metal fundido; los hizo polvo, que luego esparció sobre las tumbas de quienes les habían ofrecido sacrificios. 5 Además quemó los huesos de los sacerdotes sobre sus altares, y así purificó a Judá y Jerusalén. 6 Hizo lo mismo en las ciudades de Manasés, Efraín y Simeón, y hasta Neftalí, en las plazas de todas sus ciudades. 7 Derribó los altares, las imágenes de Aserá y los ídolos, haciéndolos polvo, y destruyó todos los altares para incienso en todo el territorio de Israel. Después regresó a Jerusalén.
Los no judíos reciben el Espíritu Santo
44 Todavía estaba hablando Pedro, cuando el Espíritu Santo vino sobre todos los que escuchaban su mensaje. 45 Y los creyentes procedentes del judaísmo que habían llegado con Pedro, se quedaron admirados de que el Espíritu Santo fuera dado también a los que no eran judíos, 46 pues los oían hablar en lenguas extrañas y alabar a Dios. 47 Entonces Pedro dijo:
—¿Acaso puede impedirse que sean bautizadas estas personas, que han recibido el Espíritu Santo igual que nosotros?
48 Y mandó que fueran bautizados en el nombre de Jesucristo. Después rogaron a Pedro que se quedara con ellos algunos días.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.