Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
¡Míranos con buenos ojos!
(1) Del maestro de coro, según la melodía de «Los lirios». Testimonio y salmo de Asaf.
80 (2) Pastor de Israel,
que guías a José como a un rebaño,
que tienes tu trono sobre los querubines,
¡escucha!
¡Mira con buenos ojos a Efraín,
2 (3) Benjamín y Manasés!
¡Despierta y ven a salvarnos con tu poder!
3 (4) Oh Dios,
¡haz que volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!
4 (5) Señor, Dios todopoderoso,
¿hasta cuándo estarás enojado
con la oración de tu pueblo?
5 (6) Nos has dado lágrimas por comida;
por bebida, lágrimas en abundancia.
6 (7) Nos has convertido en la burla de nuestros vecinos,
y nuestros enemigos se ríen de nosotros.
7 (8) Dios todopoderoso,
¡haz que volvamos a ser lo que fuimos!
¡Míranos con buenos ojos y estaremos a salvo!
7 »Sión dio a luz en un momento,
antes de sentir los dolores del parto.
8 ¿Quién ha oído decir algo parecido?
¿Quién ha visto algo semejante?
¿Nace una nación en un solo día?
¿Nace un pueblo en un momento?
Pero cuando Sión comenzó a sentir los dolores,
en seguida dio a luz a sus hijos.
9 ¿Cómo iba yo a impedir el nacimiento,
si yo soy quien hace dar a luz?»
El Señor tu Dios lo ha dicho.
10 «Alégrense con Jerusalén,
llénense de gozo con ella todos los que la aman;
únanse a su alegría
todos los que han llorado por ella;
11 y ella, como una madre,
los alimentará de sus consuelos
hasta que queden satisfechos.
Jesús llora por Jerusalén(A)
31 También entonces llegaron algunos fariseos, y le dijeron a Jesús:
—Vete de aquí, porque Herodes te quiere matar.
32 Él les contestó:
—Vayan y díganle a ese zorro: “Mira, hoy y mañana expulso a los demonios y sano a los enfermos, y pasado mañana termino.” 33 Pero tengo que seguir mi camino hoy, mañana y el día siguiente, porque no es posible que un profeta muera fuera de Jerusalén.
34 »¡Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas y apedreas a los mensajeros que Dios te envía! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos bajo las alas, pero ustedes no quisieron! 35 Pues miren, el hogar de ustedes va a quedar abandonado; y les digo que no volverán a verme hasta que llegue el tiempo en que ustedes digan: “¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!”
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.