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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
2 Samuel 23:1-7

Últimas palabras de David

23 Estas son las últimas palabras de David:

«David, hijo de Isaí;
    David, el hombre que fue elevado tan alto;
David, el hombre ungido por el Dios de Jacob;
    David, el dulce salmista de Israel,[a] declara:

»El Espíritu del Señor habla por medio de mí;
    sus palabras están en mi lengua.
El Dios de Israel habló,
    la Roca de Israel me dijo:
“El que gobierna con justicia
    y gobierna en el temor de Dios
es como la luz de la mañana al amanecer,
    como una mañana sin nubes,
como el brillar del sol
    sobre la hierba nueva después de la lluvia”.

»¿Acaso no es a mi familia que Dios ha elegido?
    Sí, ha hecho un pacto eterno conmigo.
Su pacto está arreglado y asegurado hasta el último detalle;
    él garantizará mi seguridad y mi éxito.
Pero los que no conocen a Dios son como espinos que se desechan,
    porque desgarran la mano que los toca.
Se deben usar herramientas de hierro para cortarlos;
    serán completamente consumidos por fuego».

Salmos 132:1-12

Cántico para los peregrinos que suben a Jerusalén.

132 Señor, acuérdate de David
    y de todo lo que sufrió.
Le hizo una promesa solemne al Señor;
    le juró al Poderoso de Israel:[a]
«No iré a mi hogar
    ni me permitiré descansar;
no dejaré que mis ojos duerman
    ni cerraré los párpados adormecidos
hasta que encuentre un lugar donde construir una casa para el Señor,
    un santuario para el Poderoso de Israel».

Oímos que el arca estaba en Efrata;
    luego la encontramos en los campos distantes de Jaar.
Vayamos al santuario del Señor;
    adoremos al pie de su trono.
Levántate, oh Señor, y entra en tu lugar de descanso,
    junto con el arca, símbolo de tu poder.
Que tus sacerdotes se vistan de santidad;
    que tus leales servidores canten de alegría.
10 Por amor a tu siervo David,
    no rechaces al rey que has ungido.
11 El Señor le hizo un juramento a David
    con una promesa que nunca retirará:
«Pondré a uno de tus descendientes
    en tu trono.
12 Si tus descendientes obedecen las condiciones de mi pacto
    y las leyes que les enseño,
entonces tu linaje real
    continuará por siempre y para siempre».

Salmos 132:13-18

13 Pues el Señor ha escogido a Jerusalén;[a]
    ha querido que sea su hogar.
14 «Este es mi lugar de descanso para siempre—dijo—;
    viviré aquí porque este es el hogar que he deseado.
15 Bendeciré a esta ciudad y la haré próspera;
    saciaré a sus pobres con alimento.
16 Vestiré a sus sacerdotes con santidad;
    sus fieles servidores cantarán de alegría.
17 Aquí aumentaré el poder de David;
    mi ungido será una luz para mi pueblo.
18 Vestiré de vergüenza a sus enemigos,
    pero él será un rey glorioso».

Apocalipsis 1:4-8

Saludo de Juan a las siete iglesias

Yo, Juan, les escribo esta carta a las siete iglesias que están en la provincia de Asia.[a]

Gracia y paz a ustedes de aquel que es, que siempre era y que aún está por venir; y del Espíritu de siete aspectos[b] que está delante de su trono; y de Jesucristo. Él es el testigo fiel de estas cosas, el primero en resucitar de los muertos y el gobernante de todos los reyes del mundo.

Toda la gloria sea al que nos ama y nos ha libertado de nuestros pecados al derramar su sangre por nosotros. Él ha hecho de nosotros un reino de sacerdotes para Dios, su Padre. ¡A él sea toda la gloria y el poder por siempre y para siempre! Amén.

¡Miren! Él viene en las nubes del cielo.
    Y todos lo verán,
    incluso aquellos que lo traspasaron.
Y todas las naciones del mundo
    se lamentarán por él.
¡Sí! ¡Amén!

«Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin[c]—dice el Señor Dios—. Yo soy el que es, que siempre era y que aún está por venir, el Todopoderoso».

Juan 18:33-37

33 Entonces Pilato volvió a entrar en su residencia y pidió que le trajeran a Jesús.

—¿Eres tú el rey de los judíos?—le preguntó.

34 Jesús contestó:

—¿Lo preguntas por tu propia cuenta o porque otros te hablaron de mí?

35 —¿Acaso yo soy judío?—replicó Pilato—. Tu propio pueblo y sus principales sacerdotes te trajeron a mí para que yo te juzgue. ¿Por qué? ¿Qué has hecho?

36 Jesús contestó:

—Mi reino no es un reino terrenal. Si lo fuera, mis seguidores lucharían para impedir que yo sea entregado a los líderes judíos; pero mi reino no es de este mundo.

37 Pilato le dijo:

—¿Entonces eres un rey?

—Tú dices que soy un rey —contestó Jesús—. En realidad, yo nací y vine al mundo para dar testimonio de la verdad. Todos los que aman la verdad reconocen que lo que digo es cierto.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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