Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 132 (131)
Señor, acuérdate de David
132 Cántico de peregrinación.
Señor, acuérdate de David,
de todos sus afanes.
2 Él hizo un juramento al Señor,
una promesa al protector de Jacob:
3 “No me aposentaré en mi mansión,
no me acostaré en mi lecho,
4 no dejaré que se cierren mis ojos,
que mis párpados se adormezcan,
5 hasta que halle un lugar para el Señor,
una morada para el protector de Jacob”.
6 Oímos que el Arca estaba en Efrata,
la encontramos en los campos de Jaar.
7 ¡Vayamos a su santuario,
postrémonos ante el estrado de sus pies!
8 ¡Ponte, Señor, en acción!
Acude a tu morada,
tú y el Arca de tu poder.
9 Que tus sacerdotes se vistan de fiesta,
que tus fieles griten de alborozo.
10 Por tu siervo David,
no rechaces a tu ungido.
11 El Señor se lo juró a David,
en verdad no va a retractarse:
“A uno de tus descendientes
yo pondré sobre tu trono.
12 Si respetan tus hijos mi alianza,
los mandatos que voy a enseñarles,
también sus hijos se sentarán
en tu trono para siempre”.
13 Porque el Señor ha escogido a Sión,
la ha querido por morada suya:
14 “Sión será mi morada para siempre,
aquí residiré porque ella me complace.
15 Bendeciré sus provisiones,
colmaré de pan a los hambrientos,
16 a sus sacerdotes vestiré de fiesta
y sus fieles gritarán de alegría.
17 Allí haré renacer el poder de David,
prepararé una lámpara a mi ungido.
18 A sus enemigos cubriré de vergüenza,
a él lo coronaré de esplendor”.
La reforma de Josías (22,1—23,30)
Josías de Judá (640-609) (2 Cr 34,1-2)
22 Josías tenía ocho años cuando comenzó a reinar, y reinó en Jerusalén durante treinta y un años. Su madre se llamaba Jedidá y era hija de Adaías, natural de Boscat. 2 Actuó correctamente ante el Señor y siguió siempre las huellas de su antepasado David, sin desviarse lo más mínimo.
El Libro de la Ley (2 Cr 34,8-11.15-28)
3 En el año décimo octavo del reinado de Josías, el rey envió al Templo al secretario Safán, hijo de Asalías y nieto de Mesulán, con este mensaje:
4 — Sube a ver al sumo sacerdote Jilquías y dile que prepare el dinero del Templo aportado por la gente y recogido por los porteros. 5 Que se lo entregue a los encargados de las obras del Templo, para que paguen a los obreros que llevan a cabo la reparación de los desperfectos del Templo, 6 carpinteros, constructores y albañiles, y para que compren madera y piedras labradas con destino a la reparación del Templo. 7 Y que no se les pida cuenta del dinero entregado, porque actúan con honradez.
8 El sumo sacerdote Jilquías dijo al secretario Safán:
— He encontrado en el Templo el Libro de la Ley.
Jilquías entregó el libro a Safán y este lo leyó. 9 Luego se presentó al rey para informarle:
— Tus servidores han recogido el dinero que había en el Templo y se lo han entregado a los constructores encargados de las obras del Templo.
10 Luego Safán dio la noticia al rey:
— El sacerdote Safán me ha entregado un libro.
Y Safán se lo leyó al rey.
Lapidación de Esteban
54 Estas palabras desataron su cólera, y se recomían de rabia contra Esteban. 55 Pero él, lleno del Espíritu Santo y con la mirada fija en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús de pie junto a Dios.
56 — Escúchenme —dijo—, veo el cielo abierto y al Hijo del hombre de pie junto a Dios.
57 Hechos un puro grito, no quisieron escuchar nada más y se arrojaron en masa sobre él. 58 Lo sacaron fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los que participaban en el hecho confiaron sus ropas al cuidado de un joven llamado Saulo. 59 Esteban, por su parte, oraba con estas palabras mientras era apedreado:
— Señor Jesús, acoge mi espíritu.
60 Luego dobló las rodillas y clamó en alta voz:
— ¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!
Y, sin decir más, expiró.
8 Saulo estaba allí, dando su aprobación a la muerte de Esteban.
Persecución de la Iglesia
Aquel mismo día se desató una violenta persecución contra la iglesia de Jerusalén. Todos los fieles, a excepción de los apóstoles, se dispersaron por las regiones de Judea y Samaría.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España