Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración pidiendo la ayuda del Señor
(1) Salmo de David, cuando huía de su hijo Absalón.
3 (2) Señor,
muchos son mis enemigos,
muchos son los que se han puesto en contra mía,
2 (3) ¡muchos son los que dicen de mí:
«Dios no va a salvarlo»!
3 (4) Pero tú, Señor,
eres mi escudo protector,
eres mi gloria,
eres quien me reanima.
4 (5) A gritos pido ayuda al Señor
y él me contesta desde su monte santo.
5 (6) Me acuesto y duermo, y vuelvo a despertar,
porque el Señor me da su apoyo.
6 (7) No me asusta ese enorme ejército
que me rodea dispuesto a atacarme.
7 (8) ¡Levántate, Señor!
¡Sálvame, Dios mío!
Tú golpearás en la cara a mis enemigos;
¡les romperás los dientes a los malvados!
8 (9) Tú, Señor, eres quien salva;
¡bendice, pues, a tu pueblo!
5 entonces pronunciarás ante el Señor tu Dios la siguiente declaración:
»“Mis antepasados fueron un pequeño grupo de arameos errantes, que emigraron a Egipto y se quedaron a vivir allí, convirtiéndose después en una nación grande, poderosa y numerosa. 6 Pero los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos hicieron sufrir cruel esclavitud. 7 Entonces pedimos al Señor y Dios de nuestros padres que nos ayudara, y él escuchó nuestras súplicas, y vio la miseria, los trabajos y la opresión de que éramos víctimas; 8 desplegó su gran poder y, en medio de un gran terror y de acontecimientos extraordinarios, nos sacó de Egipto 9 y nos trajo a este lugar, y nos dio esta tierra donde la leche y la miel corren como el agua. 10 Por eso traigo ahora los primeros frutos de la tierra que el Señor me ha dado.”
»En seguida pondrás la cesta delante del Señor tu Dios y te arrodillarás en su presencia.
32 Pero recuerden ustedes los tiempos pasados, cuando acababan ustedes de recibir la luz y soportaron con fortaleza los sufrimientos de una gran lucha. 33 Algunos de ustedes fueron insultados y maltratados públicamente, y otros se unieron en el sufrimiento con los que fueron tratados así. 34 Ustedes tuvieron compasión de los que estaban en la cárcel, y hasta con alegría se dejaron quitar lo que poseían, sabiendo que en el cielo tienen algo que es mucho mejor y que permanece para siempre. 35 No pierdan, pues, su confianza, porque ella les traerá una gran recompensa. 36 Ustedes necesitan tener fortaleza en el sufrimiento, para hacer la voluntad de Dios y recibir así lo que él ha prometido. 37 Pues la Escritura dice:
«Pronto, muy pronto,
vendrá el que tiene que venir.
No tardará.
38 Mi justo por la fe vivirá;
pero si se vuelve atrás,
no estaré contento de él.»
39 Y nosotros no somos de los que se vuelven atrás y van a su condenación, sino de los que alcanzan la salvación porque tienen fe.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.