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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Nueva Traducción Viviente (NTV)
Version
Salmos 28

Salmo de David.

28 A ti elevo mi oración, oh Señor, roca mía;
    no cierres tus oídos a mi voz.
Pues si guardas silencio,
    mejor sería darme por vencido y morir.
Escucha mi oración que pide misericordia,
    cuando clamo a ti por ayuda,
    cuando levanto mis manos hacia tu santo templo.

No me arrastres junto con los perversos
    —con los que hacen lo malo—,
los que hablan con sus vecinos amablemente
    mientras traman maldades en su corazón.
¡Dales el castigo que tanto merecen!
    Mídelo en proporción a su maldad.
¡Págales conforme a todas sus malas acciones!
    Hazles probar en carne propia lo que ellos les han hecho a otros.
No les importa nada lo que el Señor hizo
    ni lo que sus manos crearon.
Por lo tanto, él los derrumbará
    y ¡jamás serán reconstruidos!

¡Alaben al Señor!
    Pues él oyó que clamaba por misericordia.
El Señor es mi fortaleza y mi escudo;
    confío en él con todo mi corazón.
Me da su ayuda y mi corazón se llena de alegría;
    prorrumpo en canciones de acción de gracias.

El Señor le da fuerza a su pueblo;
    es una fortaleza segura para su rey ungido.
¡Salva a tu pueblo!
    Bendice a Israel, tu posesión más preciada.[a]
Guíalos como un pastor
    y llévalos en tus brazos por siempre.

Ezequiel 14:12-23

Certeza del castigo del Señor

12 Luego recibí este mensaje del Señor: 13 «Hijo de hombre, supongamos que los habitantes de un país pecaran contra mí y yo alzara mi puño para aplastarlos al cortarles la provisión de alimento y al hacerles pasar un hambre que destruyera tanto a personas como a animales. 14 Aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, su justicia los salvaría solo a ellos y no a ningún otro, dice el Señor Soberano.

15 »O supongamos que yo les enviara animales salvajes que invadieran el país, mataran a los habitantes y dejaran la tierra desolada y demasiado peligrosa para ser transitada. 16 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Se salvarían solo ellos tres, pero la tierra quedaría desolada.

17 »O supongamos que yo provocara guerra contra el país y mandara ejércitos enemigos para destruir tanto a personas como a animales. 18 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque esos tres hombres estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían.

19 »O supongamos que yo derramara mi furia y enviara una epidemia al país que matara tanto a personas como a animales. 20 Tan cierto como que yo vivo, dice el Señor Soberano, aunque Noé, Daniel y Job estuvieran allí, no podrían salvar ni a sus hijos ni a sus hijas. Solo ellos tres se salvarían por causa de su justicia.

21 »Ahora esto dice el Señor Soberano: ¡qué terrible será cuando estos cuatro castigos espantosos caigan sobre Jerusalén—guerra, hambre, animales salvajes y enfermedades—y destruyan a todos sus habitantes y a los animales! 22 Sin embargo, habrá sobrevivientes, quienes vendrán aquí, desterrados como ustedes en Babilonia. Ustedes verán con sus propios ojos lo perversos que ellos son y entonces no se sentirán tan mal por lo que hice en Jerusalén. 23 Cuando se reúnan con ellos y vean cómo se comportan, entenderán que lo que hice a Israel no fue sin motivo. ¡Yo, el Señor Soberano, he hablado!».

Mateo 20:29-34

Jesús sana a dos hombres ciegos

29 Mientras Jesús y sus discípulos salían de la ciudad de Jericó, una gran multitud los seguía. 30 Dos hombres ciegos estaban sentados junto al camino. Cuando oyeron que Jesús venía en dirección a ellos, comenzaron a gritar: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

31 «¡Cállense!», les gritó la multitud.

Sin embargo, los dos ciegos gritaban aún más fuerte: «¡Señor, Hijo de David, ten compasión de nosotros!».

32 Cuando Jesús los oyó, se detuvo y los llamó:

—¿Qué quieren que haga por ustedes?

33 —Señor—dijeron—, ¡queremos ver!

34 Jesús se compadeció de ellos y les tocó los ojos. ¡Al instante pudieron ver! Luego lo siguieron.

Nueva Traducción Viviente (NTV)

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