Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Job 1:1

I.— PRÓLOGO EN CINCO ACTOS Y UN ENTREACTO (1—2)

Job sometido a prueba

Érase una vez un hombre llamado Job, que vivía en el país de Hus. Era justo, honrado y respetuoso de Dios, y vivía apartado del mal.

Job 2:1-10

Un día se presentaron ante el Señor los hijos de Dios; también Satán entró con ellos.

El Señor preguntó a Satán:

— ¿De dónde vienes?

Satán respondió al Señor:

— Vengo de dar vueltas por la tierra; de andar por ella.

El Señor añadió:

— ¿Te has fijado en mi siervo Job? En la tierra no hay otro como él: es un hombre justo, honrado y respetuoso de Dios, y vive apartado del mal. Pero tú me has incitado contra él para que lo aniquilara sin motivo; sin embargo, todavía persiste en su honradez.

Satán contestó al Señor:

— Piel por piel; cualquiera lo da todo por salvar su vida. Te apuesto que si pones la mano sobre él y lo hieres en su carne y en sus huesos, te maldecirá a la cara.

El Señor respondió a Satán:

— Haz lo que quieras con él, pero respétale la vida.

Satán abandonó la presencia del Señor.

Entonces hirió a Job con llagas malignas, desde la planta del pie hasta la cabeza. Job, sentado en el polvo, se rascaba con una tejuela. Su mujer le dijo:

— ¿Todavía persistes en tu honradez? Maldice a Dios y muérete.

10 Job contestó:

— Hablas como una insensata. Si aceptamos de Dios los bienes, ¿no vamos a aceptar los males?

A pesar de lo ocurrido, Job no pecó con sus labios.

Salmos 26

Salmo 26 (25)

Hazme justicia, Señor.

26 De David.
Hazme justicia, Señor, pues camino con rectitud.
En el Señor confío, jamás dudaré.
Señor, examíname, ponme a prueba,
sondea mi conciencia y mis pensamientos.
Ante mí tengo presente tu amor
y con tu verdad recorro mi camino.
No tomo asiento con los falsos
ni me alío con los hipócritas;
detesto la asamblea de los malvados
y no me siento con los perversos.
Lavo mis manos en señal de inocencia
y me acerco a tu altar, Señor,
para hacer resonar un clamor de gratitud
y proclamar todas tus maravillas.
Señor, yo amo la casa en que habitas,
el lugar que es morada de tu gloria.
No me reúnas con pecadores,
ni con gente sanguinaria,
10 que el mal está en sus manos
y el soborno colma su diestra.
11 Pero yo camino con rectitud,
sálvame y apiádate de mí.
12 Mis pies están firmes en el camino recto.
En medio de la asamblea bendeciré al Señor.

Hebreos 1:1-4

Introducción (1,1-4)

Dios nos ha hablado por medio de su Hijo

Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras. Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio del Hijo a quien constituyó heredero de todas las cosas y por quien creó también el universo. El Hijo, que siendo reflejo resplandeciente de la gloria del Padre e imagen perfecta de su ser, sostiene todas las cosas mediante su palabra poderosa y que, después de habernos purificado del pecado, se sentó junto al trono de Dios en las alturas y ha venido a ser un valedor tanto más poderoso que los ángeles, cuanto es más excelente el título que ha recibido en herencia.

Hebreos 2:5-12

Glorificación de Jesucristo

El mundo de que hablamos es el mundo futuro y no lo ha puesto Dios bajo el dominio de los ángeles. De ello da fe alguien en un lugar de la Escritura:

¿Qué es el ser humano para que te acuerdes de él?
¿Qué el simple mortal para que te preocupes por él?

Apenas inferior a los ángeles lo hiciste;

de gloria y de honor lo coronaste;

todo lo sometiste a su poder.

Y si todo le ha sido sometido, nada queda fuera de su dominio. Es cierto que al presente no vemos que todo le esté sometido; pero sí vemos que Jesús, a quien Dios hizo un poco inferior a los ángeles, ha sido coronado de gloria y honor por haber sufrido la muerte. De esta manera, debido a la bondad de Dios, experimentó la muerte en favor de todos.

Solidario con los hermanos

10 Convenía, en efecto, que Dios, que es origen y fin de todas las cosas y que quiere conducir a una multitud de hijos a la gloria, hiciera perfecto por medio del sufrimiento a quien tenía que encabezar la salvación de los demás. 11 Y es que santificador y santificados proceden de uno mismo. Por esta razón el santificador no tiene a menos llamarlos hermanos, 12 cuando dice:

Anunciaré tu nombre a tus hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.

Marcos 10:2-16

En esto se le acercaron unos fariseos y, para tenderle una trampa, le preguntaron si está permitido al marido separarse de su mujer. Jesús les contestó:

— ¿Qué les mandó Moisés a ustedes?

Ellos dijeron:

— Moisés dispuso que el marido levante acta de divorcio cuando vaya a separarse de su mujer.

Jesús entonces les dijo:

— Moisés escribió esa disposición a causa de que ustedes son incapaces de entender los planes de Dios; pero Dios, cuando creó al género humano, los hizo hombre y mujer. Por esta razón, dejará el hombre a sus padres, [ se unirá a su mujer] y ambos llegarán a ser como una sola persona. De modo que ya no son dos personas, sino una sola. Por tanto, lo que Dios ha unido no deben separarlo los humanos.

10 Cuando volvieron de nuevo a casa, los discípulos preguntaron a Jesús qué había querido decir. 11 Él les contestó:

— El que se separa de su mujer y se casa con otra, comete adulterio contra la primera; 12 y si una mujer se separa de su marido y se casa con otro, también comete adulterio.

Jesús bendice a los niños (Mt 19,13-15; Lc 18,15-17)

13 Llevaron unos niños a Jesús para que los bendijese. Los discípulos reñían a quienes los llevaban; 14 pero Jesús, al verlo, se enojó y les dijo:

— Dejen que los niños vengan a mí y no se lo impidan, porque el reino de Dios es para los que son como ellos. 15 Les aseguro que quien no reciba el reino de Dios como un niño, no entrará en él.

16 Y estrechaba a los niños entre sus brazos y los bendecía poniendo las manos sobre ellos.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España