Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
LIBRO PRIMERO
Salmo 1
Contraste entre el justo y los impíos
1 ¡Cuán bienaventurado es el hombre que no anda(A) en el consejo de los impíos(B),
Ni se detiene en el camino de los pecadores(C),
Ni se sienta en la silla de los escarnecedores(D),
2 Sino que en la ley del Señor está su deleite(E),
Y en Su ley medita de día(F) y de noche(G)!
3 Será como árbol plantado junto a corrientes de agua(H),
Que da su fruto a su tiempo
Y su hoja no se marchita;
En todo lo que hace, prospera(I).
4 ¶No así los impíos,
Que son como paja que se lleva el viento(J).
5 Por tanto, no se sostendrán los impíos(K) en el juicio(L),
Ni los pecadores en la congregación de los justos(M).
6 Porque el Señor conoce el camino de los justos(N),
Pero el camino de los impíos perecerá(O).
Vanidad de todo esfuerzo
1 Palabras del Predicador(A), hijo de David, rey en Jerusalén.
2 «Vanidad de vanidades», dice el Predicador,
«Vanidad de vanidades, todo es vanidad(B)».
3 ¶¿Qué provecho recibe el hombre de todo el trabajo
Con que se afana bajo el sol(C)?
4 Una generación va y otra generación viene,
Pero la tierra permanece para siempre(D).
5 El sol sale y el sol se pone(E),
A su lugar se apresura[a]. De allí vuelve a salir.
6 Soplando[b] hacia el sur,
Y girando hacia el norte,
Girando y girando va el viento;
Y sobre sus giros el viento regresa(F).
7 Todos los ríos van hacia el mar,
Pero el mar no se llena.
Al lugar donde los ríos fluyen,
Allí vuelven a fluir.
8 Todas las cosas son fatigosas,
El hombre no puede expresarlas.
No se sacia(G) el ojo de ver,
Ni se cansa[c] el oído de oír.
9 Lo que fue, eso será,
Y lo que se hizo, eso se hará(H);
No hay nada nuevo bajo el sol.
10 ¿Hay algo de que se pueda decir:
«Mira, esto es nuevo»?
Ya existía en los siglos
Que nos precedieron.
11 No hay memoria de las cosas primeras
Ni tampoco de las postreras que sucederán;
No habrá memoria de ellas
Entre los que vendrán después(I).
Vanidad del saber
12 Yo, el Predicador(J), he sido rey sobre Israel en Jerusalén. 13 Y apliqué mi corazón(K) a buscar e investigar con sabiduría todo lo que se ha hecho bajo el cielo(L). Tarea(M) dolorosa[d] dada por Dios a los hijos de los hombres para ser afligidos con ella. 14 He visto todas las obras que se han hecho bajo el sol, y he observado que todo es vanidad y correr tras el viento[e](N).
15 Lo torcido no puede enderezarse(O),
Y lo que falta no se puede contar.
16 Yo me dije[f]: «Yo he engrandecido y aumentado en sabiduría más que[g] todos los que estuvieron antes de mí sobre Jerusalén(P); mi corazón ha contemplado mucha sabiduría y conocimiento». 17 Y apliqué mi corazón(Q) a conocer la sabiduría y a conocer la locura y la insensatez(R). Me di cuenta de que esto también es correr tras el viento(S).
18 Porque en la mucha sabiduría hay mucha angustia,
Y quien aumenta el conocimiento, aumenta el dolor(T).
29 »¡Ay de ustedes, escribas y fariseos, hipócritas(A) ! Porque edifican los sepulcros de los profetas y adornan los monumentos de los justos, 30 y dicen: “Si nosotros hubiéramos vivido[a]en los días de nuestros padres, no hubiéramos sido sus cómplices en derramar la sangre de los profetas”. 31 Así que dan testimonio en contra de ustedes mismos, que son hijos[b]de los que asesinaron a los profetas(B). 32 ¡Llenen, pues[c], la medida de la culpa de sus padres!
33 »¡Serpientes! ¡Camada de víboras(C) ! ¿Cómo escaparán del juicio[d] del infierno[e](D) ? 34 (E)Por tanto, miren, Yo les envío profetas, sabios y escribas(F). A algunos de ellos, ustedes los matarán y crucificarán, y a otros los azotarán en sus sinagogas(G)y los perseguirán de ciudad en ciudad(H), 35 para que recaiga[f]sobre ustedes la culpa de toda la sangre justa derramada sobre la tierra, desde la sangre del justo Abel(I)hasta la sangre de Zacarías, hijo de Berequías(J), a quien ustedes asesinaron entre el templo[g]y el altar(K). 36 En verdad les digo que todo esto vendrá sobre esta generación(L).
Lamentación sobre Jerusalén
37 »¡(M) Jerusalén, Jerusalén, la que mata a los profetas y apedrea a los que son enviados a ella(N) ! ¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus pollitos debajo de sus alas(O) , y no quisiste! 38 Por tanto, la casa de ustedes(P)se les deja desierta[h]. 39 Porque les digo que desde ahora en adelante no me verán más hasta que digan: “Bendito Aquel que viene en el nombre del Señor(Q)”».
Nueva Biblia de las Américas™ NBLA™ Copyright © 2005 por The Lockman Foundation