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Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)
Version
Salmos 14

Salmo 14 (13)

No hay quien haga el bien

14 Al maestro del coro. Salmo de David.
Piensan los insensatos: “No hay Dios”.
Son perversos, su conducta es detestable,
no hay quien haga el bien.
El Señor desde los cielos contempla a los humanos
para ver si hay algún sensato que busque a Dios.
Pero todos se han pervertido,
se han corrompido sin excepción;
no hay quien haga el bien, ni uno solo.
¿No comprenderán los malvados
que devoran a mi pueblo como si fuera pan?
No invocan al Señor
y van a estremecerse de miedo,
porque Dios está con los justos.
Quisieron frustrar el proyecto del humilde,
pero el Señor es su refugio.
¡Ojalá venga de Sión la salvación de Israel!
Cuando el Señor restaure a su pueblo,
se regocijará Jacob, se alegrará Israel.

2 Samuel 10:13-19

13 Joab y su gente se lanzaron al ataque contra los arameos, pero estos salieron huyendo ante él. 14 Y cuando los amonitas vieron que los arameos huían, ellos también salieron huyendo ante Abisay y se refugiaron en la ciudad. Joab volvió de su campaña contra los amonitas y regresó a Jerusalén.

15 Al verse derrotados por Israel, los arameos se reagruparon. 16 Por su parte, Adadézer hizo venir a los arameos que estaban al otro lado del río Éufrates, los cuales llegaron a Jelán, al mando de Sobac, jefe del ejército de Adadézer. 17 Informado de ello, David movilizó a todo Israel, cruzó el Jordán y llegó a Jelán. Los arameos formaron en orden de combate contra David y le presentaron batalla. 18 Pero finalmente se dieron a la fuga ante Israel, y David dio muerte a setecientos caballos de tiro y a cuarenta mil hombres. También hirió a su jefe, Sobac, que murió allí mismo. 19 Al verse derrotados por Israel, todos los reyes vasallos de Adadézer sellaron la paz con Israel y le quedaron sometidos. Y los arameos ya no se atrevieron a seguir ayudando a los amonitas.

Juan 4:31-38

31 Mientras tanto, los discípulos le insistían:

— Maestro, come.

32 Pero él les dijo:

— Yo me alimento de un manjar que ustedes no conocen.

33 Los discípulos comentaban entre sí:

— ¿Será que alguien le ha traído comida?

34 Jesús les explicó:

— Mi alimento es hacer la voluntad del que me ha enviado y llevar a cabo sus planes.

35 ¿No dicen ustedes que todavía faltan cuatro meses para la cosecha? Pues fíjense: los sembrados están ya maduros para la recolección. 36 El que trabaja en la recolección recibe su salario y recoge el fruto con destino a la vida eterna; de esta suerte, se alegran juntos el que siembra y el que hace la recolección. 37 Con lo que se cumple el proverbio: “Uno es el que siembra y otro el que cosecha”. 38 Yo los envío a ustedes a recolectar algo que no han labrado; otros trabajaron y ustedes se benefician de su trabajo.

La Palabra (Hispanoamérica) (BLPH)

La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España