Print Page Options
Previous Prev Day Next DayNext

Revised Common Lectionary (Semicontinuous)

Daily Bible readings that follow the church liturgical year, with sequential stories told across multiple weeks.
Duration: 1245 days
Dios Habla Hoy (DHH)
Version
Salmos 24

El Rey de la gloria

(1a) Salmo de David.

24 (1b) Del Señor es el mundo entero,
con todo lo que en él hay,
con todo lo que en él vive.
Porque el Señor puso las bases de la tierra
y la afirmó sobre los mares y los ríos.

¿Quién puede subir al monte del Señor?
¿Quién puede permanecer en su santo templo?
El que tiene las manos y la mente
limpias de todo pecado;
el que no adora ídolos
ni hace juramentos falsos.
El Señor, su Dios y Salvador,
lo bendecirá y le hará justicia.
Así deben ser los que buscan al Señor,
los que buscan la presencia del Dios de Jacob.

    ¡Ábranse, puertas eternas!
    ¡Quédense abiertas de par en par,
    y entrará el Rey de la gloria!

¿Quién es este Rey de la gloria?
¡Es el Señor, el fuerte y valiente!
¡Es el Señor, valiente en la batalla!

    ¡Ábranse, puertas eternas!
    ¡Quédense abiertas de par en par,
    y entrará el Rey de la gloria!

10 ¿Quién es este Rey de la gloria?
¡Es el Señor todopoderoso!
¡Él es el Rey de la gloria!

Números 10:11-36

Los israelitas parten del Sinaí

11 El día veinte del mes segundo del segundo año, se levantó la nube de encima del santuario de la alianza. 12 Los israelitas se pusieron en marcha, partiendo del desierto de Sinaí. La nube se detuvo en el desierto de Parán. 13 Tal como el Señor lo había ordenado por medio de Moisés, 14 en primer lugar iban los ejércitos que marchaban bajo la bandera de Judá, y que tenían como jefe a Nahasón, hijo de Aminadab. 15 Al frente del ejército de la tribu de Isacar estaba Natanael, hijo de Suar. 16 Al frente del ejército de la tribu de Zabulón estaba Eliab, hijo de Helón. 17 Entonces desarmaron el santuario, y los descendientes de Guersón y de Merarí, que eran los encargados de transportarlo, se pusieron en camino.

18 En seguida iban los ejércitos que marchaban bajo la bandera de Rubén, y que tenían como jefe a Elisur, hijo de Sedeúr. 19 Al frente del ejército de la tribu de Simeón estaba Selumiel, hijo de Surisadai. 20 Al frente del ejército de la tribu de Gad estaba Eliasaf, hijo de Reuel. 21 En seguida iban los descendientes de Quehat, que llevaban los utensilios sagrados. Cuando ellos llegaban, ya encontraban el santuario instalado.

22 Después seguían los ejércitos que marchaban bajo la bandera de Efraín, y que tenían como jefe a Elisamá, hijo de Amihud. 23 Al frente del ejército de la tribu de Manasés estaba Gamaliel, hijo de Pedasur. 24 Al frente del ejército de la tribu de Benjamín estaba Abidán, hijo de Guidoní.

25 Por último, detrás de los otros ejércitos, seguían los que marchaban bajo la bandera de Dan, y que tenían como jefe a Ahiézer, hijo de Amisadai. 26 Al frente del ejército de la tribu de Aser estaba Paguiel, hijo de Ocrán. 27 Al frente del ejército de la tribu de Neftalí estaba Ahirá, hijo de Enán.

28 Éste era el orden que seguían los ejércitos israelitas cuando se ponían en camino.

Moisés invita a su cuñado a acompañarlos

29 Un día Moisés le dijo a su cuñado Hobab, hijo de Reuel el madianita:

—Nosotros nos vamos al país que el Señor ha prometido darnos. Ven con nosotros y te trataremos bien, pues el Señor ha prometido tratar con bondad a Israel.

30 Pero Hobab le contestó:

—No, yo prefiero volver a mi tierra, donde están mis parientes.

31 —No te vayas —insistió Moisés—. Tú conoces bien los lugares donde se puede acampar en el desierto, y puedes servirnos de guía. 32 Si vienes con nosotros, compartiremos contigo todo lo bueno que el Señor nos conceda.

33 Así pues, se fueron del monte del Señor y caminaron durante tres días. El arca de la alianza del Señor iba delante de ellos, buscándoles un lugar donde descansar. 34 Durante el día, apenas se ponían en camino, la nube del Señor iba encima de ellos. 35 En cuanto el arca se ponía en marcha, Moisés decía:

«¡Levántate, Señor!
¡Que se dispersen tus enemigos!
¡Que al verte huyan los que te odian!»

36 Pero cuando el arca se detenía, decía Moisés:

«¡Vuelve ahora, Señor,
a los incontables ejércitos de Israel!»

Lucas 1:57-80

Nacimiento de Juan el Bautista

57 Al cumplirse el tiempo en que Isabel debía dar a luz, tuvo un hijo. 58 Sus vecinos y parientes fueron a felicitarla cuando supieron que el Señor había sido tan bueno con ella. 59 A los ocho días, llevaron a circuncidar al niño, y querían ponerle el nombre de su padre, Zacarías. 60 Pero su madre dijo:

—No. Tiene que llamarse Juan.

61 Le contestaron:

—No hay nadie en tu familia con ese nombre.

62 Entonces preguntaron por señas al padre del niño, para saber qué nombre quería ponerle. 63 El padre pidió una tabla para escribir, y escribió: “Su nombre es Juan.” Y todos se quedaron admirados. 64 En aquel mismo momento Zacarías volvió a hablar, y comenzó a alabar a Dios. 65 Todos los vecinos estaban asombrados, y en toda la región montañosa de Judea se contaba lo sucedido. 66 Todos los que lo oían se preguntaban a sí mismos: «¿Qué llegará a ser este niño?» Porque ciertamente el Señor mostraba su poder en favor de él.

El himno de Zacarías

67 Zacarías, el padre del niño, lleno del Espíritu Santo y hablando proféticamente, dijo:

68 «¡Bendito sea el Señor, Dios de Israel,
porque ha venido a rescatar a su pueblo!
69 Nos ha enviado un poderoso salvador,
un descendiente de David, su siervo.
70 Esto es lo que había prometido en el pasado
por medio de sus santos profetas:
71 que nos salvaría de nuestros enemigos
y de todos los que nos odian,
72 que tendría compasión de nuestros antepasados
y que no se olvidaría de su santa alianza.
73 Y éste es el juramento que había hecho
a nuestro padre Abraham:
que nos permitiría
74 vivir sin temor alguno,
libres de nuestros enemigos,
para servirle
75 con santidad y justicia,
y estar en su presencia toda nuestra vida.
76 En cuanto a ti, hijito mío,
serás llamado profeta del Dios altísimo,
porque irás delante del Señor
preparando sus caminos,
77 para hacer saber a su pueblo
que Dios les perdona sus pecados
y les da la salvación.
78 Porque nuestro Dios, en su gran misericordia,
nos trae de lo alto el sol de un nuevo día,
79 para dar luz a los que viven
en la más profunda oscuridad,
y dirigir nuestros pasos
por el camino de la paz.»

80 El niño crecía y se hacía fuerte espiritualmente, y vivió en los desiertos hasta el día en que se dio a conocer a los israelitas.

Dios Habla Hoy (DHH)

Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.