Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
4 Entonces de los ejércitos de los filisteos salió un campeón llamado Goliat(A), de Gat(B), cuya estatura era de 6 codos y un palmo (casi 3 metros). 5 Tenía un casco de bronce sobre la cabeza y llevaba puesta una cota de malla, y el peso de la cota era de 5,000 siclos (57 kilos) de bronce. 6 Tenía también grebas[a] de bronce en las piernas y una jabalina de bronce(C) colgada entre los hombros. 7 El asta de su lanza era como un rodillo de telar(D) y la punta de su lanza pesaba 600 siclos (6.84 kilos) de hierro; y su escudero iba delante de él(E).
8 Goliat se paró y gritó a las filas de Israel: «¿Para qué han salido a ponerse en orden de batalla? ¿Acaso no soy yo filisteo y ustedes siervos de Saúl(F)? Escojan un hombre y que venga contra[b] mí. 9 Si es capaz de pelear conmigo y matarme[c], entonces seremos sus siervos; pero si yo lo venzo y lo mato[d], entonces ustedes serán nuestros siervos y nos servirán(G)». 10 De nuevo el filisteo dijo: «Hoy desafío a las filas de Israel. Denme un hombre para que luchemos mano a mano[e](H)». 11 Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.
19 Porque Saúl y tus hermanos y todos los hombres de Israel están en el valle de Ela, peleando contra los filisteos».
20 Y se levantó David muy de mañana, dejó el rebaño con un guarda, y tomando las provisiones, se fue como Isaí le había mandado. Llegó al perímetro del campamento(A) cuando el ejército salía en orden de batalla, lanzando el grito de guerra. 21 E Israel y los filisteos se pusieron en orden de batalla, ejército contra ejército. 22 Entonces David dejó su carga[a] al cuidado[b] del que guardaba el equipaje(B) y corrió a la línea de combate y entró a saludar a[c] sus hermanos. 23 Mientras hablaba con ellos, el campeón, el filisteo de Gat llamado Goliat, subió de entre las filas de los filisteos y habló las mismas palabras(C) de su desafío, y David las oyó.
32 Y dijo David a Saúl: «No se desaliente el corazón de nadie a causa de él(A); su siervo irá y peleará con este filisteo(B)». 33 Entonces Saúl dijo a David: «Tú no puedes ir contra este filisteo a pelear con él, porque tú eres un muchacho y él ha sido un guerrero desde su juventud(C)». 34 Pero David respondió a Saúl: «Su siervo apacentaba las ovejas de su padre, y cuando un león o un oso venía y se llevaba un cordero del rebaño, 35 yo salía tras él, lo atacaba[a], y lo rescataba de su boca(D); y cuando se levantaba contra mí, lo tomaba por la quijada, lo hería y lo mataba. 36 Su siervo ha matado[b] tanto al león como al oso; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha desafiado a los escuadrones del Dios viviente». 37 Y David añadió: «El Señor, que me ha librado de las garras del león y de las garras del oso, me librará de la mano de este filisteo(E)». Y Saúl dijo a David: «Ve, y que el Señor sea contigo(F)». 38 Saúl vistió a David con sus ropas militares, le puso un casco de bronce en la cabeza y lo cubrió con una armadura. 39 David se ciñó la espada sobre sus ropas militares y trató de caminar, pues no se las había probado antes. Entonces David dijo a Saúl: «No puedo caminar con esto, pues no tengo experiencia con[c] ellas». David se las quitó, 40 y tomando su cayado en la mano, escogió[d] del arroyo cinco piedras lisas y las puso en el saco de pastor que traía, en el zurrón, y con la honda en la mano se acercó al filisteo(G).
Victoria de David y del pueblo
41 El filisteo vino, y se fue acercando a David, con su escudero delante de él. 42 Cuando el filisteo miró y vio a David, lo tuvo en poco(H) porque era un muchacho, rubio[e] y bien parecido(I). 43 Y el filisteo dijo a David: «¿Acaso soy un perro, que vienes contra mí con palos(J)?». Y el filisteo maldijo a David por sus dioses(K). 44 También dijo el filisteo a David: «Ven a mí, y daré tu carne a las aves del cielo y a las fieras del campo(L)». 45 Entonces dijo David al filisteo: «Tú vienes a mí con espada, lanza y jabalina, pero yo vengo a ti en el nombre del Señor de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel(M), a quien tú has desafiado. 46 El Señor te entregará hoy en mis manos, y yo te derribaré y te cortaré la cabeza. Y daré hoy los cadáveres del ejército de los filisteos a las aves del cielo y a las fieras de la tierra(N), para que toda la tierra sepa que hay Dios en Israel(O), 47 y para que toda esta asamblea sepa que el Señor no libra ni con espada ni con lanza(P); porque la batalla es del Señor y Él los entregará a ustedes en nuestras manos(Q)».
48 Sucedió que cuando el filisteo se levantó y se fue acercando para enfrentarse a David, este[f] corrió rápidamente hacia el frente de batalla para enfrentarse al filisteo(R). 49 David metió la mano en su saco, sacó de él una piedra, la lanzó con la honda, e hirió al filisteo en la frente. La piedra se hundió en su frente y Goliat cayó a tierra sobre su rostro.
57 Cuando regresó David de matar[a] al filisteo, Abner lo tomó y lo llevó ante Saúl, con la cabeza del filisteo en su mano(A). 58 Y Saúl le dijo: «Joven, ¿de quién eres hijo?». Y David respondió: «Yo soy hijo de su siervo Isaí el de Belén(B)».
Amistad de David y Jonatán
18 Y aconteció que cuando David acabó de hablar con Saúl, el alma de Jonatán quedó ligada al alma de David(C), y Jonatán lo amó como a sí mismo(D). 2 Saúl tomó a David aquel día y no lo dejó volver a la casa de su padre(E). 3 Entonces Jonatán hizo un pacto con David, porque lo amaba como a sí mismo(F). 4 Jonatán se quitó el manto que llevaba puesto y se lo dio a David con sus ropas militares, incluyendo su espada, su arco y su cinturón(G). 5 David salía adondequiera que Saúl le enviaba, y prosperaba[b]. Saúl lo puso sobre hombres de guerra, y esto fue agradable a los ojos de todo el pueblo y también a los ojos de los siervos de Saúl.
10 Y aconteció al día siguiente que un espíritu malo de parte de Dios se apoderó de Saúl(A), y este deliraba en medio de la casa(B), mientras David tocaba el arpa con su mano como de costumbre[a](C). Saúl tenía la lanza en la mano(D), 11 y Saúl le arrojó la lanza, pues se dijo: «Clavaré a David en[b] la pared(E)». Pero David lo evadió[c] dos veces.
12 Saúl temía a David(F), porque el Señor estaba con él(G) pero Él se había apartado de Saúl(H). 13 Por tanto, Saúl alejó a David de su presencia[d] nombrándolo capitán de 1,000 hombres; y él salía y entraba al frente de la tropa[e](I). 14 David prosperaba[f] en todos sus caminos, porque el Señor estaba con él(J). 15 Cuando Saúl vio que él prosperaba mucho[g], le tuvo temor. 16 Pero todo Israel y Judá amaba a David, porque él salía y entraba delante de ellos(K).
9 El Señor será también baluarte para el oprimido,
Baluarte en tiempos de angustia(A).
10 En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre(B),
Porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan(C).
11 ¶Canten alabanzas al Señor, que mora en Sión(D);
Proclamen entre los pueblos Sus proezas(E).
12 Porque el que pide cuentas de la sangre(F) derramada, se acuerda de ellos;
No olvida el clamor de los afligidos(G).
13 Oh Señor, ten piedad de mí;
Mira mi aflicción por causa de los que me aborrecen(H),
Tú que me levantas de las puertas de la muerte(I);
14 Para que yo cuente todas Tus alabanzas(J),
Para que en las puertas de la hija de Sión
Me regocije en Tu salvación(K).
15 Las naciones se han hundido en el foso que hicieron(L);
En la red que escondieron, su propio pie quedó prendido(M).
16 El Señor se ha dado a conocer(N);
Ha ejecutado juicio(O).
El impío es atrapado en la obra de sus propias manos. (Higaion, Selah)
17 ¶Los impíos volverán al Seol(P),
O sea, todas las naciones que se olvidan de Dios(Q).
18 Pues el necesitado no será olvidado para siempre(R),
Ni la esperanza de los afligidos perecerá eternamente(S).
19 Levántate, oh Señor(T); no prevalezca el hombre;
Sean juzgadas las naciones delante de Ti(U).
20 Pon temor en ellas(V), oh Señor;
Aprendan las naciones que no son más que hombres(W). (Selah)
Salmo 133
Excelencia del amor fraternal
Cántico de ascenso gradual; de David.
133 Miren cuán bueno y cuán agradable es
Que los hermanos habiten juntos en armonía(A).
2 Es como el óleo precioso sobre la cabeza(B),
El cual desciende sobre la barba,
La barba de Aarón,
Que desciende hasta el borde de sus vestiduras(C).
3 Es como el rocío(D) de Hermón(E),
Que desciende sobre los montes de Sión(F);
Porque allí mandó el Señor la bendición(G), la vida para siempre(H).
Características del ministerio cristiano
6 Y como colaboradores con Él(A), también les exhortamos(B) a no recibir en vano la gracia de Dios(C); 2 pues Él dice:
«En el tiempo propicio te escuché,
Y en el día de salvación te socorrí(D)».
Pero ahora es «el tiempo propicio»; ahora es «el día de salvación».
3 No dando nosotros en nada motivo de tropiezo, para que el ministerio no sea desacreditado(E). 4 Pues en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros[a] de Dios(F), en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias(G), 5 en azotes, en cárceles(H), en tumultos, en trabajos(I), en desvelos, en ayunos(J), 6 en pureza, en conocimiento(K), con paciencia, con bondad(L), en el Espíritu Santo(M), con amor sincero[b](N), 7 en la palabra de verdad(O), en el poder de Dios(P); por armas de justicia(Q) para la derecha y para la izquierda; 8 en honra y en deshonra(R), en mala fama y en buena fama(S); como impostores[c](T), pero veraces(U).
9 Somos tratados como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, pero vivimos(V); como castigados[d], pero no condenados a muerte(W); 10 como entristecidos, pero siempre gozosos(X); como pobres, pero enriqueciendo a muchos(Y); como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo(Z).
11 Nuestra boca, oh corintios, les ha hablado con toda franqueza[e](AA). Nuestro corazón se ha abierto de par en par(AB). 12 Ustedes no están limitados[f] por nosotros, sino que están limitados[g] en sus sentimientos[h](AC). 13 Ahora bien, en igual reciprocidad[i](AD) (les hablo como a niños(AE)) ustedes también abran de par en par su corazón.
Jesús calma la tempestad
35 (A)Ese mismo día, caída ya la tarde, Jesús les dijo*: «Pasemos al otro lado». 36 Despidiendo[a] a la multitud, lo llevaron* con ellos en la barca(B), como estaba; y había otras barcas con Él. 37 Pero se levantó* una violenta tempestad[b], y las olas se lanzaban sobre la barca de tal manera que ya la barca se llenaba de agua. 38 Jesús estaba en la popa, durmiendo sobre una almohadilla; entonces lo despertaron* y le dijeron*: «Maestro, ¿no te importa que perezcamos?».
39 Jesús se levantó, reprendió al viento y dijo al mar: «¡Cálmate[c], sosiégate[d]!». Y el viento cesó, y sobrevino una gran calma(C). 40 Entonces les dijo: «¿Por qué están atemorizados? ¿Cómo no tienen fe(D)?».
41 Y se llenaron de gran temor, y se decían unos a otros: «¿Quién, pues, es Este que aun el viento y el mar le obedecen?».
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