Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Oración por la victoria
(1) Del maestro de coro. Salmo de David.
20 (2) Que el Señor te escuche cuando estés angustiado;
que el Dios mismo de Jacob te defienda.
2 (3) Que te envíe auxilio y ayuda
desde el santuario de Sión.
3 (4) Que se acuerde de todas tus ofrendas
y acepte con agrado tus holocaustos.
4 (5) Que cumpla todos tus deseos
y lleve a cabo todos tus planes.
5 (6) Celebraremos así tu victoria,
y levantaremos banderas
en el nombre del Dios nuestro.
¡Que el Señor cumpla todas tus peticiones!
6 (7) Estoy convencido de que el Señor
dará la victoria al rey que ha escogido;
de que le contestará desde su santo cielo,
dándole grandes victorias con su poder.
7 (8) Unos cuentan con sus carros de guerra
y otros cuentan con sus caballos;
pero nosotros contamos con el Señor nuestro Dios.
8 (9) A ellos se les doblan las rodillas, y caen,
pero nosotros seguimos firmes y en pie.
9 (10) Señor, ¡dale la victoria al rey!
¡Respóndenos cuando te llamemos!
Ofrendas para el santuario(A)
25 El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:
2 «Di a los israelitas que recojan una ofrenda para mí. Deben recogerla entre todos los que quieran darla voluntariamente y de corazón; 3 y lo que deben recoger es lo siguiente: oro, plata, cobre, 4 tela morada, tela de púrpura, tela roja, lino fino, pelo de cabra, 5 pieles de carnero teñidas de rojo, pieles finas, madera de acacia, 6 aceite para lámparas, perfumes para el aceite de consagrar y para el incienso aromático, 7 y piedras de cornalina y otras piedras finas para montarlas en el efod y el pectoral del sumo sacerdote. 8 Y háganme un santuario para que yo habite entre ellos. 9 Pero ese lugar donde yo he de habitar, y todos sus muebles, tienes que hacerlos exactamente iguales a los que te voy a mostrar.
El arca de la alianza(B)
10 »Haz un arca de madera de acacia, que mida un metro y diez centímetros de largo, sesenta y cinco centímetros de ancho, y sesenta y cinco centímetros de alto. 11 Recúbrela de oro puro por dentro y por fuera, y ponle un ribete de oro alrededor. 12 Hazle también cuatro argollas de oro, y pónselas en las cuatro patas, dos de un lado y dos del otro. 13 Haz también travesaños de madera de acacia, recúbrelos de oro, 14 y pásalos a través de las argollas que están a los costados del arca, para que pueda ser levantada con ellos, 15 y ya no vuelvas a quitarlos; déjalos ahí, en las argollas del arca, 16 y coloca en el arca la ley que te voy a dar.
17 »Haz una tapa de oro puro, que mida un metro y diez centímetros de largo por sesenta y cinco centímetros de ancho, 18 con dos seres alados de oro labrado a martillo en los dos extremos. 19 La tapa y los seres alados deben ser de una sola pieza; uno de ellos estará en un extremo de la tapa y el otro en el otro extremo, 20 el uno frente al otro, pero con la cara hacia la tapa, y sus alas deben quedar extendidas por encima de la tapa cubriéndola con ellas. 21 Coloca después la tapa sobre el arca, y pon dentro del arca la ley que te voy a dar. 22 Allí me encontraré contigo y, desde lo alto de la tapa, de entre los dos seres alados que están sobre el arca de la alianza, te haré saber todas mis órdenes para los israelitas.
El mensaje acerca de Cristo crucificado
2 Pero hermanos, cuando yo fui a hablarles del designio secreto de Dios, lo hice sin hacer alardes de retórica o de sabiduría. 2 Y, estando entre ustedes, no quise saber de otra cosa sino de Jesucristo y, más estrictamente, de Jesucristo crucificado. 3 Me presenté ante ustedes débil y temblando de miedo, 4 y cuando les hablé y les prediqué el mensaje, no usé palabras sabias para convencerlos. Al contrario, los convencí haciendo demostración del Espíritu y del poder de Dios, 5 para que la fe de ustedes dependiera del poder de Dios y no de la sabiduría de los hombres.
Dios da a conocer sus secretos por medio del Espíritu
6 Sin embargo, entre los que ya han alcanzado la madurez en su fe sí usamos palabras de sabiduría. Pero no se trata de una sabiduría propia de este mundo ni de quienes lo gobiernan, los cuales ya están perdiendo su poder. 7 Se trata más bien de la sabiduría oculta de Dios, del designio secreto que él, desde la eternidad, ha tenido para nuestra gloria. 8 Esto es algo que no han entendido los gobernantes del mundo presente, pues si lo hubieran entendido no habrían crucificado al Señor de la gloria. 9 Pero, como se dice en la Escritura:
«Dios ha preparado para los que lo aman
cosas que nadie ha visto ni oído,
y ni siquiera pensado.»
10 Éstas son las cosas que Dios nos ha hecho conocer por medio del Espíritu, pues el Espíritu lo examina todo, hasta las cosas más profundas de Dios.
Dios habla hoy ®, © Sociedades Bíblicas Unidas, 1966, 1970, 1979, 1983, 1996.