Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Para el director del coro: salmo de los descendientes de Coré.
47 ¡Vengan todos! ¡Aplaudan!
¡Griten alegres alabanzas a Dios!
2 Pues el Señor Altísimo es imponente;
es el gran Rey de toda la tierra.
3 Él subyuga a las naciones frente a nosotros;
pone a nuestros enemigos bajo nuestros pies.
4 Escogió la Tierra Prometida como nuestra herencia y posesión,
el orgullo de los descendientes de Jacob, a quienes ama. Interludio
5 Dios ascendió con un grito poderoso;
el Señor ha ascendido al estruendo de las trompetas.
6 Canten alabanzas a Dios, canten alabanzas;
¡canten alabanzas a nuestro Rey, canten alabanzas!
7 Pues Dios es el Rey de toda la tierra.
Alábenlo con un salmo.[a]
8 Dios reina sobre las naciones,
sentado en su santo trono.
9 Los gobernantes del mundo se han reunido
con el pueblo del Dios de Abraham.
Pues todos los reyes de la tierra pertenecen a Dios.
Él es exaltado en gran manera en todas partes.
Muerte de Moisés
34 Entonces Moisés se dirigió al monte Nebo desde las llanuras de Moab, y subió a la cumbre del monte Pisga, que está frente a Jericó. Y el Señor le mostró todo el territorio: desde Galaad hasta tan lejos como Dan, 2 toda la tierra de Neftalí, la tierra de Efraín y de Manasés, toda la tierra de Judá—que se extiende hasta el mar Mediterráneo[a]—, 3 el Neguev, y el valle del Jordán junto con Jericó—la ciudad de las palmeras—hasta Zoar. 4 Entonces el Señor le dijo a Moisés: «Esta es la tierra que le prometí bajo juramento a Abraham, a Isaac y a Jacob cuando dije: “La daré a tus descendientes”. Ahora te he permitido verla con tus propios ojos, pero no entrarás en ella».
5 Así que Moisés, siervo del Señor, murió allí, en la tierra de Moab, tal como el Señor había dicho. 6 El Señor lo enterró[b] en un valle cercano a Bet-peor, en Moab, pero nadie conoce el lugar exacto hasta el día de hoy. 7 Moisés tenía ciento veinte años cuando murió, pero hasta entonces conservó una buena vista y mantuvo todo su vigor.
4 Les digo estas cosas ahora para que, cuando sucedan, recuerden mi advertencia. No las mencioné antes porque todavía iba a estar un tiempo más con ustedes.
La obra del Espíritu Santo
5 »Ahora voy a aquel que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta adónde voy. 6 En cambio, se entristecen por lo que les he dicho. 7 En realidad, es mejor para ustedes que me vaya porque, si no me fuera, el Abogado Defensor[a] no vendría. En cambio, si me voy, entonces se lo enviaré a ustedes; 8 y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado y de la justicia de Dios y del juicio que viene. 9 El pecado del mundo consiste en que el mundo se niega a creer en mí. 10 La justicia está disponible, porque voy al Padre, y ustedes no me verán más. 11 El juicio vendrá, porque quien gobierna este mundo ya ha sido juzgado.
La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente, © Tyndale House Foundation, 2010. Todos los derechos reservados.