Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
47 Al Músico principal: de los hijos de Coré: Salmo. PUEBLOS todos, batid las manos; Aclamad á Dios con voz de júbilo.
2 Porque Jehová el Altísimo es terrible; Rey grande sobre toda la tierra.
3 El sujetará á los pueblos debajo de nosotros, Y á las gentes debajo de nuestros pies.
4 El nos elegirá nuestras heredades; La hermosura de Jacob, al cual amó. (Selah.)
5 Subió Dios con júbilo, Jehová con sonido de trompeta.
6 Cantad á Dios, cantad: Cantad á nuestro Rey, cantad.
7 Porque Dios es el Rey de toda la tierra: Cantad con inteligencia.
8 Reinó Dios sobre las gentes: Asentóse Dios sobre su santo trono.
9 Los príncipes de los pueblos se juntaron Al pueblo del Dios de Abraham: Porque de Dios son los escudos de la tierra; El es muy ensalzado.
15 Entonces Moisés subió al monte, y una nube cubrió el monte.
16 Y la gloria de Jehová reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días: y al séptimo día llamó á Moisés de en medio de la nube.
17 Y el parecer de la gloria de Jehová era como un fuego abrasador en la cumbre del monte, á los ojos de los hijos de Israel.
18 Y entró Moisés en medio de la nube, y subió al monte: y estuvo Moisés en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
9 Yo Juan, vuestro hermano, y participante en la tribulación y en el reino, y en la paciencia de Jesucristo, estaba en la isla que es llamada Patmos, por la palabra de Dios y el testimonio de Jesucristo.
10 Yo fuí en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,
11 Que decía: Yo soy el Alpha y Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envía lo á las siete iglesias que están en Asia; á Efeso, y á Smirna, y á Pérgamo, y á Tiatira, y á Sardis, y á Filadelfia, y á Laodicea.
12 Y me volví á ver la voz que hablaba conmigo: y vuelto, vi siete candeleros de oro;
13 Y en medio de los siete candeleros, uno semejante al Hijo del hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por los pechos con una cinta de oro.
14 Y su cabeza y sus cabellos eran blancos como la lana blanca, como la nieve; y sus ojos como llama de fuego;
15 Y sus pies semejantes al latón fino, ardientes como en un horno; y su voz como ruido de muchas aguas.
16 Y tenía en su diestra siete estrellas: y de su boca salía una espada aguda de dos filos. Y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.
17 Y fpicuando yo le vi, caí como muerto á sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas: yo soy el primero y el último;
18 Y el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos, Amén. Y tengo las llaves del infierno y de la muerte.