Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
Salmo 133 (132)
Que los hermanos vivan juntos
133 Cántico de peregrinación. De David.
¡Qué bueno, qué agradable es
que los hermanos vivan juntos!
2 Es como aceite que perfuma la cabeza,
que desciende por la barba,
por la barba de Aarón
hasta la orla de su vestido;
3 es como rocío del Hermón
que baja por los montes de Sión.
Allí derrama el Señor su bendición,
la vida para siempre.
El sueño de la estatua
2 El año segundo de su reinado, Nabucodonosor tuvo unos sueños que turbaron su espíritu y no le dejaban dormir. 2 El rey ordenó llamar a los magos, adivinos, hechiceros y astrólogos para que interpretaran sus sueños. 3 Una vez que comparecieron ante su presencia, el rey les dijo:
— He tenido un sueño y estoy intrigado por conocer su sentido.
4 Los astrólogos respondieron al rey en arameo:
— ¡Larga vida al rey! Cuenta el sueño a tus siervos y daremos con su interpretación.
5 El rey les respondió:
— He tomado una determinación: como no me cuenten el sueño y den con su interpretación, serán cortados en pedazos y sus casas serán demolidas. 6 Pero, si me cuentan el sueño y dan con su interpretación, les colmaré de regalos, obsequios y honores. Les conviene, pues, contarme el sueño y dar con su interpretación.
7 Ellos insistieron:
— Que el rey nos cuente su sueño y nosotros daremos con su interpretación.
8 El rey respondió:
— Me parece que intentan ganar tiempo, pues saben que he tomado la determinación de 9 hacerlos reos de una misma sentencia si no son capaces de contarme el sueño. Seguro que se han puesto de acuerdo para mentirme y engañarme, en espera de que cambie la situación. Así que cuéntenme de una vez el sueño; de ese modo me convenceré de que también son capaces de interpretarlo.
10 Los astrólogos respondieron al rey:
— No hay nadie en el mundo que pueda responder a lo que pide su majestad. Y tampoco ha existido un rey, por muy grande y poderoso que haya sido, que haya preguntado cosa semejante a ningún mago, adivino o astrólogo. 11 Lo que pide su majestad es algo muy difícil. Nadie puede darlo a conocer al rey, excepto los dioses, que no habitan entre los mortales.
12 Entonces el rey se enfureció sobremanera y mandó acabar con todos los sabios de Babilonia. 13 Una vez hecha pública la orden de matar a los sabios, se buscó a Daniel y a sus compañeros, pues también a ellos les afectaba la orden real. 14 Pero cuando Arioc, jefe de la guardia real, iba a cumplir la orden de matar a los sabios de Babilonia, Daniel hizo gala de su prudencia y sensatez, 15 y le preguntó:
— ¿Por qué ha promulgado el rey una orden tan severa?
16 Cuando Arioc le puso al corriente de la situación, Daniel pidió audiencia y propuso al rey que le concediese un plazo para dar con la interpretación del sueño.
Daniel solicita la ayuda del Señor
17 Cuando volvió a casa, Daniel informó del asunto a sus compañeros Ananías, Misael y Azarías, 18 y les pidió que imploraran la misericordia del Dios del cielo para poder descifrar aquel misterio. De otro modo, Daniel y sus compañeros morirían junto con los demás sabios de Babilonia. 19 El misterio le fue revelado a Daniel en una visión nocturna. Entonces bendijo al Dios del cielo 20 con estas palabras:
Sea el nombre de Dios
bendito por siempre;
suyos son sabiduría y poder.
21 Él hace que se alternen
años y estaciones;
él entroniza reyes
y él mismo los destrona.
Concede sabiduría a los sabios
y ciencia a los perspicaces.
22 Revela lo profundo y lo secreto,
conoce lo que ocultan las sombras
y la luz mora junto a él.
23 Te alabo y te doy gracias,
Dios de mis antepasados,
pues me das sabiduría y poder,
me revelas lo que habíamos pedido
y me manifiestas el asunto del rey.
Oración unánime de los creyentes
23 En cuanto fueron puestos en libertad, Pedro y Juan se reunieron con los suyos y les contaron lo que los jefes de los sacerdotes y los ancianos les habían dicho. 24 Al enterarse, todos elevaron unánimes esta oración a Dios:
— Señor nuestro, tú has creado el cielo, la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos; 25 tú, por medio del Espíritu Santo, pusiste en boca de David, tu servidor y nuestro antepasado, estas palabras:
¿Por qué se alborotan las naciones
y hacen planes inútiles los pueblos?
26 Los reyes de la tierra se han aliado
y los poderosos se han confabulado
en contra del Señor y de su ungido.
27 Y realmente es cierto que, en esta ciudad, Pilato y Herodes se confabularon con los extranjeros y el pueblo israelita en contra de Jesús, tu santo servidor y Mesías. 28 Llevaron así a cabo todo lo que tu poder y tu voluntad habían decidido de antemano que sucediese. 29 Ahora, Señor, mira cómo nos amenazan y concede a tus servidores anunciar tu mensaje con plena libertad. 30 Pon en juego tu poder, para que en el nombre de Jesús, tu santo servidor, se produzcan curaciones, señales milagrosas y prodigios.
31 Apenas terminaron de orar, tembló el lugar donde estaban reunidos y todos quedaron llenos del Espíritu Santo. Así pudieron luego proclamar el mensaje de Dios con plena libertad.
La Palabra, (versión hispanoamericana) © 2010 Texto y Edición, Sociedad Bíblica de España