Revised Common Lectionary (Semicontinuous)
La serpiente de bronce
4 Los israelitas salieron del monte Hor por la ruta del Mar Rojo, bordeando el territorio de Edom. En el camino se impacientaron 5 y comenzaron a hablar contra Dios y contra Moisés:
―¿Para qué nos trajisteis vosotros de Egipto a morir en este desierto? ¡Aquí no hay pan ni agua! ¡Ya estamos hartos de esta pésima comida!
6 Por eso el Señor mandó contra ellos serpientes venenosas, para que les mordieran, y muchos israelitas murieron. 7 El pueblo se acercó entonces a Moisés, y le dijo:
―Hemos pecado al hablar contra el Señor y contra ti. Ruégale al Señor que nos quite esas serpientes.
Moisés intercedió por el pueblo, 8 y el Señor le dijo:
―Hazte una serpiente, y ponla en un asta. Todos los que sean mordidos y la miren vivirán.
9 Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso en un asta. Los que eran mordidos miraban a la serpiente de bronce y vivían.
17 Trastornados por su rebeldía,
afligidos por su iniquidad,
18 todo alimento les daba asco.
¡Llegaron a las puertas mismas de la muerte!
19 En su angustia clamaron al Señor,
y él los salvó de su aflicción.
20 Envió su palabra para sanarlos,
y así los rescató del sepulcro.
21 ¡Que den gracias al Señor por su gran amor,
por sus maravillas en favor de los hombres!
22 ¡Que ofrezcan sacrificios de gratitud,
y, jubilosos, proclamen sus obras!
La vida en Cristo
2 En otro tiempo vosotros estabais muertos en vuestras transgresiones y pecados, 2 en los cuales andabais conforme a los poderes de este mundo. Os conducíais según el que gobierna las tinieblas, según el espíritu que ahora ejerce su poder en los que viven en la desobediencia. 3 En ese tiempo también todos nosotros vivíamos como ellos, impulsados por nuestros deseos pecaminosos, siguiendo nuestra propia voluntad y nuestros propósitos.[a] Como los demás, éramos por naturaleza objeto de la ira de Dios. 4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, 5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia habéis sido salvados! 6 Y en unión con Cristo Jesús, Dios nos resucitó y nos hizo sentar con él en las regiones celestiales, 7 para mostrar en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros en Cristo Jesús. 8 Porque por gracia habéis sido salvados mediante la fe; esto no procede de vosotros, sino que es el regalo de Dios, 9 no por obras, para que nadie se jacte. 10 Porque somos hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios dispuso de antemano a fin de que las pongamos en práctica.
Jesús y el amor del Padre
14 »Como levantó Moisés la serpiente en el desierto, así también tiene que ser levantado el Hijo del hombre, 15 para que todo el que crea en él tenga vida eterna.[a]
16 »Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna. 17 Dios no envió a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para salvarlo por medio de él. 18 El que cree en él no es condenado, pero el que no cree ya está condenado por no haber creído en el nombre del Hijo unigénito de Dios. 19 Esta es la causa de la condenación: que la luz vino al mundo, pero la humanidad prefirió las tinieblas a la luz, porque sus hechos eran perversos. 20 Pues todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no se acerca a ella por temor a que sus obras queden al descubierto. 21 En cambio, el que practica la verdad se acerca a la luz, para que se vea claramente que ha hecho sus obras en obediencia a Dios.[b]
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